PAN Y CIRCO

LEVANTAR LA CABEZA

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Hay días que es mejor no levantarse. Es posible que más de uno de los que componían la expedición cadista en Albacete pensara eso después de comprobar que, una vez más, había que volverse a casa de vacío. El Cádiz no está dando la talla. Ni mucho menos. No la dio tampoco el domingo en tierras manchegas. Pero no fue por falta de intención. El equipo salió enchufado y tuvo opciones en la primera parte. En la segunda el Albacete salió más fuerte, lógico por otro lado si se tiene en cuenta que ellos jugaban en casa.

El golazo de Víctor Curto era complicado de atajar, y supuso un mazazo demasiado duro. El Cádiz se desdibujó poco a poco desde entonces.

Es tan criticable como humano. Es difícil decir algo bueno ahora del equipo, pero yo sigo pensando que en la plantilla hay nivel para estar peleando entre los cuatro primeros.

El problema es que el equipo moralmente anda muy tocado y es demasiado débil de cabeza. No ha sido capaz de entender la exigencia de la plaza en la que está ni digerir la presión del entorno. Juegan como apesadumbrados.

Se cuestiona su calidad, ahora con razón. Aunque es algo que viene pasando desde que llegaron. Parece como si eso les hubiese generado un complejo de inferioridad.

Pienso que la solución inmediata no está en volverse locos con reproches o haciendo cambios. Es mejor estar serenos. Hablar poco, lo justo. Y tratar de salir el domingo a disfrutar jugando contra La Roda. Un futbolista tiene que hacerlo cuando está sobre el campo.

Pasa en todas partes que cuando un equipo va mal, otros de fuera intentan buscar tajada. Es lógico que también Monteagudo esté en el punto de mira. Él es el primero que lo sabe y lo entiende. Si no se reacciona pueden producirse cambios. Pero de todo eso, hasta que llegue el momento, hay que olvidarse y tratar de levantar la cabeza.