ELECCIONÍSIMAS

Todos los socialistas dicen, como un mantra, «hay partido, hay partido», ante las elecciones autonómicas andaluzas de este 25M, sorprendidos quizá por un par de encuestas que les dan posibilidades de seguir gobernando si llegan a un pacto con IU, porque no consagran por completo la mayoría absoluta del PP. Aunque haya sospechas de «cocina» del CIS, como cuando mandaba Zapatero, el margen se da por bueno: Es preciso tener una esperanza para lanzarse quince días a un frenético puerta a puerta, voto a voto, si está todo el pescado vendido de antemano. Los datos que el Centro de Investigaciones Sociológicas dan de Cádiz resultan una sorpresa hasta para ellos mismos, han de admitirlo: empate a siete escaños entre PSOE, que perdería uno, y PP, que lo ganaría, mientras IU mantendría su representante. En el interior del partido se ha contado con bajar a cinco, si no cuatro.

Sin embargo, hay quien parece no querer mirar completa la foto que arroja el CIS y que indica que el PP «roza» la mayoría absoluta, con una ventaja nunca antes conseguida. Si como Antonio Sanz dice, los sondeos siempre se les quedan cortos, la primera alternancia en 32 años de autonomía se consumará. Arenas, que se juega mucho, a nivel interno también, sabe que tiene a su favor la alta tasa de paro, los sucesivos escándalos de corrupción, el desgaste del largo ciclo de poder y hasta la crisis interna de los socialistas andaluces, pero le lastra el pesimismo general, los malos indicadores, la reforma laboral, el miedo al recorte que vendrá en los Presupuestos, aunque éstos se hayan retrasado para no interferir en sus resultados...

La partida, pues, resulta interesante.Habrá que estar muy atentos a la campaña. No ya solo al titular o al minuto de discurso, sino a todo cuanto se mueve. Cualquier cosa puede tener influencia en la decisión de voto de ese 31,1% de indecisos. Todo, en fin, es ya electoral.