BUENO POR CONOCER

EL MICHELÍN REBOSANTE

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

No dirán que no he sido prudente. Podría haber escrito en plenas fiestas navideñas, o esperar a hacerlo durante el carnaval. Pero no he querido amargar a nadie el placer perpetuo de la gula o el derecho natural de disfrutar de la comida. Aunque los datos son demoledores. Durante la celebración de la I Semana del Corazón en el mes de diciembre en Cádiz, organizada por la Fundación Española del Corazón, se ha podido constatar que estamos muy lejos de cumplir los cánones de una sociedad cardiosaludable. Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de mortalidad de la población andaluza, que ostenta una de las tasas más altas de España. Sorprende el notable incremento de las enfermedades coronarias en mujeres en la edad media de la vida.

Siempre que tenemos oportunidad hablamos maravillas de las bondades de la dieta mediterránea, esa de la que nos sabemos muy bien la teoría pero de la que renegamos a la primera de cambio seducidos por otras formas de comer ajenas a nuestra cultura. De hecho, según nos manifiesta el Dr. Otero, Coordinador de la Unidad de Prevención y Rehabilitación Cardiaca del Hospital, sólo el 17% de los andaluces siguen dicha dieta. De todos los factores analizados, entre los más de tres mil gaditanos y gaditanas que participaron, el exceso de peso (obesidad y sobrepeso) es el más prevalente, afectando a tres de cada cuatro personas. Le siguen en orden de importancia el colesterol elevado, el aumento del perímetro abdominal y la hipertensión arterial.

Ya desde el año 1967 el famoso estudio de Framinghan atribuía un exceso de mortalidad a las personas obesas, en comparación con las que se mantenían en su peso adecuado. Según los últimos datos la obesidad entre la juventud española ha superado por primera vez a las alarmantes cifras de la juventud estadounidense, paradigma del «michelín rebosante». ¡Qué rebose tu salud, no tu michelín!