COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL

HUNDIR LA FLOTA

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Cuando terminamos el máster de cómo poner un circo y que crezcan los enanos de manera inmediata, nadie tuvo la precaución de advertirnos de que obtener buenos resultados sin demasiados esfuerzos en la teoría, no implicaba necesariamente un aprobado en las prácticas. Tampoco hizo falta, porque de naufragios, de decepciones y de cuatro gotas que caen cuando no debían caer, habíamos conseguido todos los créditos necesarios para la convalidación y habíamos hecho del si algo puede salir mal, saldrá peor, el eslogan de la ciudad. Habíamos investigado también la excepción que necesita toda regla y habíamos descubierto en los cruceros la manera menos comprometida de salvar nuestro pasado y de condenar nuestro futuro. Habíamos estudiado incluso, el comportamiento del crucerista en laboratorio y habíamos llegado a la conclusión de que son elementos que llegan, gastan -poco-, pasean y luego desaparecen sin haber descubierto «las siete diferencias» entre lo real y lo virtual de nuestra ciudad. Un negocio perfecto, de poca inversión a corto plazo y de mucha rentabilidad en el tiempo. Justo el necesario para que la moda The Love Boat se consolidara con un must del quieroynopuedo turístico. Y cuando ya sólo faltaba el trámite rutinario de hacer pública la calificación obtenida, al capitán del 'Costa Concordia' le dio por mirarse en el espejo y reconociendo su condición de rata, abandonar el barco antes que las mujeres y los niños. Otra vez el cenizo sobre nuestras cabezas. La prueba definitiva de nuestra tesis. Los enanos creciendo incluso antes de vender las entradas, la tostada que se cae siempre por el mismo sitio. Hundir la flota no es la mejor manera de matar a la gallina de los huevos de oro, pero algo es algo. Para lo demás, ya tenemos tripulación propia.