RICKY RUBIO

Al final iba a tener razón Albert Einstein cuando decía que la peor crisis es el conformismo y el no querer superarla. El científico abogaba por trabajar duro y tener claro que no podemos obtener resultados distintos si siempre hacemos lo mismo. Y seguramente todo esto resumido en dos palabras, hoy por hoy, sería... Ricky Rubio, el jugador de El Masnou que por fin este año se animó a dar el paso a la NBA y a pesar de los pesares, 'lock-out', vivir en Minnesota, una de las ciudades más frías de Estados Unidos, tener unos compañeros que no son Pau Gasol ni Kobe Bryant... está consiguiendo destacar, acaparar minutos de televisión y colarse en todos los 'highlights' de la jornada, por su variedad de pases y el desparpajo que está teniendo en los primeros días allí.

Adaptado totalmente al idioma, que lo ha estado estudiando desde hace años, ha declarado en numerosas entrevistas que el año pasado lo único que le ocurría es que le agobiaba la situación de no progresar en su tiro y que la prensa cada día le recordara que estaba camino de convertirse en una estrella fugaz por el modo en que se apagaba su baloncesto en la pista. Terminó la temporada pasada siendo suplente en el FC Barcelona, algo que nadie podría haber pensado cuando fue fichado a bombo y platillo.

Ahora, con unos porcentajes de tiro realmente bueno, allá, en la NBA, y con un juego mucho más rápido y con más espacios, ya ha conseguido un doble-doble, con 12 puntos y 12, en un sobresaliente partido ante los Miami Heat, que cuentan en sus filas con Lebron James y Wade, que jamás han dudado en reconocer su calidad, ya que de hecho lo tuvieron que sufrir durante los últimos Juegos Olímpicos.

Minnesota debe ser la primera parada de este artista del balón, como hizo Pau Gasol, en varios años debe tener miras más altas, pero está claro, que como en la vida, a veces más vale ser cabeza de ratón que cola de ratón. Bien por Ricky Rubio y sus renovadas ganas de hacernos saltar del sofá con su baloncesto.