En defensa del sector pesquero andaluz

Al ponerme a escribir estas líneas, en primer lugar, quiero expresar mi ilusión y esperanza para este año 2012. Deseo que sea mejor para cada uno de los andaluces, para Andalucía en su conjunto de un extremo a otro, y que por fin dejemos de hablar tanto de crisis y de paro, ese desempleo que asola a tantas familias andaluzas, porque empecemos a ver la luz de este túnel.

No hay varitas mágicas pero si el trabajo, el esfuerzo y la inteligencia de todos para salir adelante. En primer lugar, debemos defender y no olvidar los sectores que nos han dado trabajo y sustento en décadas pasadas. La especulación, el pelotazo, en la economía nos ha llevado a una mentalidad de minusvalorar sectores fundamentales para la vida como son la agricultura o la pesca, sectores precisamente tradiciones y fundamentales en Andalucía. Esta mentalidad lleva a que en un mundo globalizado por una parte se tiran producciones para subir precios, se paga por no producir, se acumulan alimentos para especular con su valor y por otra siguen muriéndose de hambre seres humanos en regiones de nuestro planeta.

La Unión Europea precisamente no muestra demasiada sensibilidad con estos sectores, así el trato dado a la pesca y a la agricultura andaluza no ha sido precisamente positivo, aunque para ser justos la culpan principal la han tenido tanto los Gobierno del Estado Español como de la Junta de Andalucía quienes no han defendido suficientemente nuestros intereses propios desde que entramos en Europa. Ejemplos tenemos en la historia reciente, el último es muy grave, causante de un gran perjuicio, principalmente a la flota pesquera gaditana de Barbate, Conil, Tarifa y Algeciras, causado por el Parlamento Europeo al no prorrogar nuevamente el acuerdo de pesca con Marruecos de manera unilateral, produciéndose el amarre inmediato de la flota de estos puertos, que ya habían hechos numerosos gastos incluso pagando las licencias correspondientes al reino alauita.

Recriminable es que los eurodiputados en vez de forzar un nuevo acuerdo, rompan la baraja, rompan la prórroga del acuerdo, para que paguen esta postura política los más débiles, los pescadores gaditanos y los empleados de manera indirecta en este sector económico. Según fuentes del sector cada puesto de trabajo directo supone siete indirectos, con lo que la repercusión en una provincia de las de más paro del estado es tremenda y sobre todo en la población de Barbate, que ya sufre una situación de declive económico al límite.

Estos europarlamentarios, con sueldos mensuales de 6.200 euros netos, más dietas, viajes y asesores, argumentaron temas de sostenibilidad y de apoyo al pueblo saharaui. La solución al problema ecológico es cuestión de poner normas de sostenibilidad a la pesca, los propios pescadores están concienciados y son los primeros interesados, pero no es la solución de que no vayan nuestros barcos con su pesca tradicional para que entren otras flotas superindustriales de países no europeos. Sobre el apoyo al pueblo saharaui, los andalucistas ya venimos desde hace décadas defendiéndolos, por ello nos resulta peregrino que los eurodiputados se acuerden de ellos ahora, con la flota andaluza en juego, y en estos años no se dictaran limitaciones a la venta de armas o materiales antidisturbios al reino de Marruecos de los utilizados en la represión contra los saharauis. Esto es de una gran hipocresía política, sobre todo si además se apoya esta postura por eurodiputados que viven en la provincia de Cádiz y que además se autodenominan progresista o de izquierda, como es el caso de Willy Meyer de Izquierda Unida.

A esta situación se ha llegado no solo por culpa de los eurodiputados sino también por la dejadez de los Gobiernos del PSOE, de la Junta de Andalucía y central, quienes no han presionado para que se firmara un nuevo acuerdo antes que concluyera el actual y no a la vez estar pendientes de prórrogas, de no estar atentos a la proposición de esa resolución, ¿Cuándo se enteró la exministra andaluza Rosa Aguilar de la votación?, no estuvo diligente para haber negociado y pactado con los grupos políticos del europarlamento para que esa resolución no hubiera salido adelante. Mientras tanto, la Junta de Andalucía adolece de una política exterior leal con el estado pero que defienda nuestra economía, nuestros intereses propios. Me preguntó, ¿la colaboración y la solidaridad, que los andalucistas compartimos y apoyamos, por medio de convenios de la Junta de Andalucía con el reino de Marruecos no nos sirven para mantener una especial relación?, me temo que no, siendo una muestra más de la ineficacia política de los que rigen nuestra Junta.

Los andalucistas no nos resignamos, exigimos toda clase de presiones en la Unión Europea para que en el menor tiempo posible se firme un nuevo convenio de pesca con Marruecos, la misma premura que si habláramos de tecnología alemana o francesa. Ahora hay un nuevo gobierno del PP al que exigimos afrontar este problema con prioridad absoluta. A la vez todos debemos de explicar a Marruecos claramente que el conflicto creado en Bruselas lo están pagando gaditanos, sus vecinos, y si es necesario los andalucistas nos entrevistaremos con las autoridades marroquíes para forzar soluciones. Nuestros pescadores no pueden esperar.

La pesca andaluza es una actividad económica tradicional, aporta uno de los elementos fundamentales de nuestra dieta, es un patrimonio de nuestra identidad, no podemos dejar que la desmantelen mientras que cada vez entran más productos de Italia y otros países y no con la calidad del pescado fresco de nuestra flota andaluza.