Los creadores del futuro

No parecía que fuese la primera vez que mostraban sus creaciones a un público desconocido. La primera vez, que modelos, elegidas para la ocasión, lucían sobre la pasarela sus diseños. Ésos en los que tanto tiempo han invertido y que ayer se convirtieron en realidad a ojos de los asistentes al pase matutino que se celebró en South.

Virginia Gamboa, Lolaila, Aurora Melero, Tintarella y Javier Lafuente fueron los seleccionados. Con nervios, ilusión y muchas expectativas, los cinco creadores vivieron la experiencia de los grandes de la moda. Arreglos de última hora, nervios, que el look fuese el adecuado, que todo saliese bien... No obstante, familiares y amigos esperaban sus diseños.

Todo preparado, se apaga la luz, y sobreimpreso en una pantalla aparece el nombre de Virginia Gamboa, la primera en abrir los desfiles. Su colección naif estaba inspirada en los románticos del XVIII, rompiendo con el clasicismo. «Unos diseños para explicar los sentimientos», apuntaba Gamboa.

Colores pálidos y metalizados, rosas, grises, celestes. Todos tipo de formas, acolchados y líneas rectas, realizados en prendas rematadas con mucha pulcritud. Las modelos, con un maquillaje muy natural y el pelo echado a un lado, desfilaron con tranquilidad al son de la música.

A continuación, llegó el mundo infantil de Lolaila. Como ella misma explicaba, «siempre me ha gustado la ropa de los niños pero ese tipo de diseños no los hacen para gente como yo», afirmaba. Como era de esperar tras esa definición, el rosa chicle, morados y verdes menta fueron los colores elegidos por ella. Entre las prendas destacaban llamativos pompones cosidos a chalecos realizados en borrego. En los pies, sandalias de plástico en verde, rosa... sobre calcetines blancos calados, como los de los bebés.

Tras los colores suaves y divertidos, llegó Aurora Melero. Una música tenebrosa comenzó a sonar y las modelos a paso lento aparecieron sobre la pasarela ataviadas con diseños de color negro. Transparencias, alas, máscaras, velos, capas, espaldas abiertas. «Me he inspirado en tres mitos de Platón», comentaba Melero. El último diseño causó sensación. Un vestido largo semitransparente, pegado al cuerpo con una espectacular cola que cubría parte del traje.

Tras el mundo más oscuro, aparecieron los colores flúor de Tintarella. «Mi colección tiene que ver con la arritmia, con cambios bruscos y repentinos», dijo Marina, quien se oculta detrás de la marca. El público aplaudía las apariciones de las modelos. No faltó de nada. Pelucas de colores, transparencias, encajes, pantalones con los cortes terminados en pico, un mono que se asemejaba a un chándal, pero abierto completamente por delante que mostraba un sugerente body negro. Para la diseñadora, su colección es muy sexy e inspirada en los 80 más punteros.

Y por último, llegó Javier Lafuente, uno de los modistos más aplaudidos, quizá el más esperado entre el público. Este joven, de 21 años, sacó a pasarela una colección rebelde y atrevida, inspirada en el siglo XVIII con mezcla de tejidos y estampados. Vestidos de cáñamo, esparto, piel, raso... Todo lo imaginable, pero sin perder la perspectiva. Las modelos parecían, en ocasiones, salidas del palacio de Versalles y en otras, mujeres trabajadoras de hoy en día. Algunas de sus prendas llamaron poderosamente la atención, fue el caso del traje de novia que cerró el desfile. Como detalle, el corsé estaba elaborado con 6.600 perlas cosidas una a una.

Y entonces llegó el final. Los protagonistas de la jornada matutina de South posaron en el photocall con los nervios todavía en el cuerpo y con muchas ilusiones puestas en su futuro. Esto solo es el principio de sus carreras y ellos lo saben.