PAN Y CIRCO

SENTIRSE SEGURO

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Suele decirse que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Y me da a mí que cuando dentro de unos añitos la selección española de fútbol se disponga a defender su título de Campeón del Mundo nos veremos obligados a recurrir a este dicho o realidad. La celebración del evento futbolístico más relevante del planeta en Sudáfrica ya levantó ciertas reticencias en algunas selecciones al considerar que dicho país no estaba preparado para albergar una cita así. El tiempo, pese al éxito deportivo español y los bailes de Shakira, demostró que estos temores no eran del todo infundados. Recordamos primero el sospecho aumento en el precio de los billetes de avión cuando la organización avisó a las diferentes expediciones que no podía garantizar la seguridad en ciertas zonas del país si se viajaba en autobús y más tarde el episodio que vivieron algunos periodistas que cubrían la información de Portugal siendo robados a punta de pistola cuando descansaban en la villa en la que estaban alojados. Pues bien, en Brasil 2014 podemos pasar de Málaga a Malagón. Uno de los graves problemas al que se enfrenta el país carioca es la seguridad en las zonas de las favelas, donde el índice de criminalidad es bastante alto. Se cuentan por decenas los casos de secuestros de familiares de deportistas famosos para pedir rescate por ellos, futbolistas a los que han sacado de sus coches para robarles dinero o el mismo vehículo y otros episodios que se quedaron en una intentona, no sin asustar a aquellos que lo padecieron. Como le ha pasado este fin de semana a Jenson Button en el camino hacia el circuito de Interlagos. Asegura el actual campeón del mundo de la Fórmula Uno -a la espera de que Fernando Alonso, Webber o Vettel le releven la semana que viene- que uno no siente ese tipo de miedo hasta que no se ve en la situación. Pues nada. Que se vaya preparando Iker Casillas, por si acaso. Porque este tipo de seguridad no creo que se la cubra ni la compañía que anunciaba en la televisión.