ALFOMBRA ROJA

La Justicia nunca está dormida, pero suelen echar solemnes cabezadas y nuestros jueces tardan en dictaminar. A esa demora también le llamamos injusticia, pero es verdad que la española trabaja en pésimas condiciones. Si fuera una empresa habría quebrado. Excepcionalmente, el juicio sobre el 'caso Malaya' ha suscitado una expectación que superará al número de espectadores. La verdad es que es difícil reunir en la misma sala a un triángulo que no se vence en popularidad por ninguno de sus de sus lados: un gran actor, una tonadillera y un ex alcalde que logró serlo descendiendo de su anterior oficio. Julián Muñoz, Isabel Pantoja y Sean Connery van a necesitar una alfombra roja para el trayecto a los tribunales.

La actualidad judicial se ha convertido en periodística. El llamado 'Cachuli', la Pantoja y el invicto agente con licencia para matar, pero no para llevarse a la tumba sus secretos financieros, deben comparecer para explicarle al juez su participación en el mayor macrojuicio de la historia española. La anteriormente llamada feliz pareja está acusada de blanqueo y Connery deberá declarar como imputado. La curiosidad se ha despertado y la buena gente del saqueado pueblo quiere saber quiénes participaron en el reparto del tesoro que era de todos.

Si dejamos aparte los ingredientes de envidia que forman parte de estos cócteles, lo que ocurre es que la gente está harta de los granujas y de los sospechosos de serlo. Conviene aclarar las cosas, ya que no es lo mismo una que otra. El imputado del 'caso Gürtel' tras devolver unos cuantos millones ha dado un vuelco al sumario. Si hacen lo mismo los del 'Malaya' se esparcirán algunos otros millones sobre la alfombra roja que habrá que ponerle a estos famosos para que no se manchen los zapatos, además de las manos.