PAN Y CIRCO

HISTORIAS PARALELAS

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Todo apunta a que la temporada 2010-11 puede ser para el Cádiz un calco de la vivida en la 2008-09 y, aunque resulte muy aventurado anticiparse a los acontecimientos, esperemos que con el mismo final feliz que entonces. El equipo de Javi Gracia se encaramó en la jornada séptima al primer puesto de la clasificación y ya no lo abandonó hasta el final. Luego, ya sabemos todos lo ocurrido con el Real Irún y, como guinda de la campaña, el simbólico título de campeón de Segunda B ante el Cartagena. Todo muy bonito si nos olvidamos de la categoría en la que estaba por aquellos días; la misma en la que milita ahora. Los hombres de Vidakovic parecen incluso dispuestos a superar esa llamativa estadística y ya se auparon al primer puesto en la segunda jornada. Cierto aroma a 'deja vú' porque se repite una historia que nos suena demasiado cercana: se endereza el rumbo deportivo, pero se vuelve a caer en los errores pretéritos y estamos, en un abrir y cerrar de ojos en el mismo pozo de hace dos años. Lo curioso del caso es que -por mucho lavado de imagen que se pretenda vender al cadismo y por más que algún que otro funesto personaje se haya llevado un buen pastón en muy pocos meses- los actores principales de este descalabro siguen siendo los que a la postre continúan gobernando una nave sin rumbo y a la que únicamente le salva de su hundimiento definitivo un ilusionante inicio en el vigente ejercicio deportivo. Da la dolorosa impresión de que en esta sociedad anónima no existe ningún proyecto a largo plazo. Se trabaja con la improvisación por bandera aunque exista un guión económico que dicta la ley concursal. Y lo peor es que ese clamor popular porque Muñoz venda su paquete mayoritario no encuentra respuesta, así que esta anciana entidad (al parecer son cien años los que la contemplan) se siente muy enferma y nadie encuentra un remedio.