Opinion

Mentiras o medias verdades

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A los políticos les gusta mentir, parece que va en el oficio. Es más no les importa las consecuencias ni tampoco que los periódicos recuerden sus promesas, o que el ciudadano no olvide. Sobre todo en elecciones, regresa la memoria de las promesas alegres e incumplidas.

Pilar Sánchez, alcaldesa de Jerez: nóminas de los empleados municipales, erre que erre, todos cobrarían antes del día 5. Llegó el 5, el 6, 7. hasta el 10 de julio no cobraron lo correspondiente a junio. Hace unos días un trabajador municipal me ofreció sus dudas, me confesó: «sólo nos separan 20 días de la nómina de agosto, ¿tú crees que nos van a pagar dos veces con tan poco tiempo de diferencia? ¡dinero que, por otro lado nos corresponde! O. ¿seguirá para siempre, amén, no cobrar al final de mes?».

La alcaldesa vino a decir que no se quejaran porque, según rezaba en convenio, el Ayuntamiento tenía de plazo hasta el 5 para hacer efectivas las nóminas. Este empleado me dice que no es así, que vuelve a mentir. Las nóminas se deberán pagar el último día hábil del mes. Además, insistía ya alterado, tampoco nos llegó el dinero la fecha que la alcaldesa aseguraba, sino 5 días después. Esto es solo un ejemplo reciente.

La mentira va inherente a la vida política: Zapatero, presidente del Gobierno: «No subiremos los impuestos». José Blanco, ministro de Fomento, reflexiona en días de verano y avanza una subida de la presión fiscal, aunque aclara: «para los que más tienen». Vamos hombre, que ya sabemos cómo va esto. Luego será para todos y tiene el descaro de decir que en España los impuestos son bajos. Él los compara con Alemania, Reino Unido. que tienen sueldos bastante más altos que nosotros. Si equiparamos impuestos, igualemos salarios. Esta subida, si fuera efectiva, traería serios problemas a la economía domestica, ya resentida, perdiendo de nuevo poder adquisitivo.

Otra reciente. Trinidad Jiménez, ministra de Sanidad hasta que Gómez y los madrileños quieran. Declaró que seguiría en el cargo, que nada de optar a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Luego ya se la ve con sonrisa blanca y piel tostada ejerciendo ya de Primarias. Pero antes dejó esta perla; «ZP no ha tenido nada que ver, ha sido decisión mía». Los políticos nos venden palabras que son mentiras o medias verdades. El problema reside en que tienen que gobernar con ellas.