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UN BÁLSAMO

EX SELECCIONADOR NACIONAL Actualizado: Guardar
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Esto es fútbol. Hemos hecho los deberes y ya estamos en octavos de final, ronda en la que nos encontraremos con Portugal. Pero antes vamos a analizar lo que ocurrió ayer contra Chile.

Esto es fútbol. Cuando peor estábamos jugando, cuando el rival sudamericano acertaba con su presión, cuando no encontrábamos un camino claro a la portería contraria, aparece la suerte vestida de David Villa -quién si no- y resuelve una situación inesperada, con su inteligencia habitual. Y con un disparo con la pierna izquierda -que no es la suya- hecho con la precisión exacta a portería vacía, pero desde más de 30 metros, adelantó a 'La Roja'.

Este tanto es un bálsamo para la selección de Vicente del Bosque, que parece que combina un poco mejor y fruto de ello llega el segundo gol y la tarjeta roja para Estrada... Esta situación ya nos hace pensar en una clasificación fácil, con Chile con diez jugadores y un dos a cero en contra para los de Marcelo Bielsa.

Pero esto también es fútbol y nada más comenzar el segundo tiempo, Chile marca y el partido toma cuerpo. Por fortura, España se hace dueña de la situación merced a su juego combinativo y llega de manera constante al área contraria en bonitas triangulaciones. Sin embargo, Villa esta vez no culmina.

Los cambios -debut de Javi Martínez y Cesc- siguen el mismo camino: España domina y Chile contiene, porque el resultado del otro partido entre Honduras y Suiza le beneficia.

Entre los futbolistas españoles me gustaron Sergio Busquest, Villa... Y sobre todo Andrés Iniesta, que además hizo un gol, marca de la casa, culminando una gran combinación.

Ahora que hemos resuelto una situación difícil después de comenzar el campeonato con una derrota, seguro que nuestra moral ha crecido y estamos preparados para afrontar el complicado partido contra nuestros vecinos. El pasar como primeros de grupo debe quitarnos presión y aumentar la confianza en nosotros mismos. Todos hemos respirado, tanto jugadores como seguidores, y ahora llega la fase en la que no se pueden cometer errores.