Tribuna

Motivos para la huelga general

ALCALDE DE CONIL Y VICEPRESIDENTE DE LA DIPUTACIÓN (IU) Actualizado: Guardar
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Por fin los sindicatos mayoritarios se han decidido a convocar una huelga general. Existen motivos suficientes para dicha convocatoria y muchos más en nuestra provincia. Los últimos acontecimientos o decisiones del Gobierno del PSOE con el Plan de Ajuste y la mal llamada reforma laboral han colmado el vaso, que para muchos ya hacía tiempo que estaba lleno y rebosando. Hasta hace poco, la crisis económica era financiera y bancaria, provocada por la burbuja inmobiliaria, las hipotecas basura o 'subprime', la especulación financiera., el gobierno acudió en ayuda de la banca insuflándole miles de millones de euros, de dinero público, para que no quebraran las entidades bancarias provocando el aumento del endeudamiento público. Pero en vez de tomarse medidas para controlar a la Banca y la especulación, se achaca el problema al déficit público y para reducir éste se realiza un plan de ajuste que recorta el sueldo a los empleados públicos, a los pensionistas, se recorta la inversión publica, en vez de subirle los impuestos a los más pudientes se sube el IVA dos puntos y otros impuestos sin ninguna progresividad. Después de batir el récord de número de parados, cuatro millones y medio, se pretende falsamente combatir éste, realizando una reforma laboral que no es otra cosa que un descarado abaratamiento del despido. En definitiva, que la crisis la están pagando los de siempre, los trabajadores. Si la huelga y las movilizaciones convocadas por los sindicatos no son seguidas mayoritariamente, se habrá producido otra derrota histórica de la clase obrera. La salida de la crisis la dirigen sin contemplaciones la banca y el capital financiero y los gobiernos europeos cumplen sin rechistar las medidas diseñadas.

Los mismos que provocaron la crisis están dirigiendo la salida de ésta, para seguir recomponiendo la obtención de beneficios, de la misma manera de siempre, atacando lo público, adelgazando el estado, recortes sociales, abaratamiento de despidos y salarios. Éste sería uno de los motivos, pero no sólo se trata de la economía, sino de la democracia y la política en el buen sentido de la palabra, como bien dice el economista Juan Torres. Las injerencias del poder económico en las decisiones políticas son más que evidentes, la falta de control de las instituciones democráticas de los Bancos centrales de España y de Europa. Parece como si la economía fuera una ciencia inalcanzable para los ciudadanos normales y sólo un grupo de expertos toman o influyen en las decisiones cual si fueran fórmulas matemáticas, descartando otras soluciones que no sean las propuestas por ellos. Es una gran mentira, una gran estafa, donde toda la técnica se utiliza para tomar medidas a favor de los más poderosos.

Por otro lado, en este país se escucha la palabra Europa, y parece que todo está justificado y todo marcha bien. Parece una palabra mágica. No todo en Europa está bien, no porque en Europa se tomen unas medidas tienen que ser positivas para nuestro país. La Europa que se está construyendo tiene un déficit democrático tremendo, no es la Europa Social que siempre hemos añorado sino la Europa de los poderosos, de la liberalización, de las grandes multinacionales.

Otro motivo para ir a la huelga general es el ataque frontal al sindicalismo y a la negociación colectiva. Muchos ciudadanos critican a los sindicatos, en muchas ocasiones con razón, pero lo que ningún trabajador puede poner en cuestión es su necesidad. Son necesarios, ahora más que nunca. Seguramente pondrán en marcha alguna campaña para desprestigiarlos. El poder económico y aquellos políticos que bailan a su compás no quieren oposición a su salida de la crisis. Pero los sindicatos deben reconsiderar ciertas cuestiones. No hace mucho tiempo escuché a un sindicalista destacado decir que no se convocaba una huelga general, porque no querían ser la infantería que le abriera las puertas de la Moncloa a Rajoy, a la derecha. En realidad, las puertas de la Moncloa las están abriendo, desgraciadamente, las políticas de la derecha que esta practicando el PSOE, le han tendido una alfombra de terciopelo para que no se ensucien porque el trabajo sucio lo están haciendo ellos. Los sindicatos si no quieren estar permanentemente en esa situación deben plantearse cambiar la correlación de fuerzas en el parlamento, donde se aprueban los planes de ajustes, las reformas laborales y los recortes sociales. Deben ayudar a romper ese bipartidismo implantado que permite políticas económicas en contra de los trabajadores, facilitando e impulsando que la izquierda de verdad tenga en el parlamento la fuerza suficiente para impedir las políticas de derecha. O se plantean tener voces y votos amigos o la situación de los trabajadores, parados, jubilados en nuestro país y nuestra provincia será cada día más difícil.