EXÁMENES FINALES

Los juicios de valor, las evaluaciones se deben llevar a cabo a final de temporada, cuando podemos calificar con mayor puntería el trabajo y el rendimiento de los examinados (en este caso, lógicamente, del Cádiz CF y más concretamente de su plantilla). Es cierto que el aprobado o el suspenso y fracaso más absoluto dependen totalmente de si se consigue o no el objetivo, que no es otro que salvar la categoría como sea, pero independientemente de eso, a fata de sólo tres encuentros ya podemos tener una estimación bastante certera de lo que ha sido la temporada.

Llevamos todo el año rajando del equipo, reproches que en su mayoría se centran en la falta de calidad del plantel. Ha quedado demostrado que tales acusaciones son reales, por eso estamos en el lugar en el que estamos, pero con un matiz que sirve como gran atenuante: han conseguido suplir esa ausencia de calidad con otras virtudes como garra, intensidad, concentración y concepto de equipo, que echábamos tanto de menos otras campañas.

Por otra parte, sí parecen infundadas las críticas vertidas sobre algunos jugadores en concreto. Por lo que se ha demostrado, Jaume Costa no estaba de adorno en Cádiz, Julián De la Cuesta no estaba acabado para el fútbol, Fleurquin no era incapaz de superar su lesión o al menos de convivir con ella, Dani no era el eterno segundón con perfil de portero suplente, Ogbeche no se quería borrar fingiendo lesiones, Toedtli no iba a poder marcar más goles debido a sus dolencias, Diego Tristán no había venido aquí de vacaciones, y así un largo etcétera. Por lo tanto, quizás la plantilla no era tan corta como pensábamos ni estaba tan descompensada como creíamos. Tampoco es para lanzar las campanas al vuelo pero al menos ahora somos capaces de encontrar cuatro equipos peores que el Cádiz para señalarlos como candidatos al descenso antes que nosotros. Queda poco, pero todo no está hecho, no hay que confiarse.