Cruz asegura que él mismo será el encargado de escribir sus memorias. :: LA VOZ
feria del libro 2010

Juan Cruz: «El podio del ego lo ocupan Cela, Paz y Neruda»

El escritor canario presenta sus memorias literarias, un paseo por el «alma» de los autores más importantes del siglo XX

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Juan Cruz (Puerto de la Cruz, Tenerife, 1948) está seguro de que algún día escribirá sus memorias. Mientras tanto, este periodista y escritor ha resucitado en papel sus recuerdos literarios, aquellos que construyó junto a los grandes de la literatura y el arte del XX. Borges, Bowles, Cortázar, Benet, Cabrera Infante, Susan Sontag, Günter Grass, Jorge Semprún, Francisco Ayala, Rafael Azcona, Severo Sarduy, Camilo José Cela, Francisco Umbral, Eduardo Haro Tecglen o Manuel Vázquez Montalbán, dejaron huella de alguna manera en su cabeza, su corazón y su pluma. Estos 'Egos revueltos', se presentan hoy en la Feria del Libro de Cádiz.

-De todas las experiencias que narra en 'Egos revueltos', hay una que le marcó especialmente. ¿Cómo conoció a Camilo José Cela?

-Me fui con unos amigos a recogerlo a aeropuerto, yo era muy joven. Cela era un hombre fuerte y poderoso, pero cuando llegó se sintió indispuesto. Tenía gripe y el médico le aconsejó guardar cama. Yo lo acompañé al hotel y cuando se metió en la cama le pregunté si ya me podía ir. Me dijo que no, «habla, no dejes de hablar, necesito que me hablen para poder dormir», me insistió. Es la cosa más rara que me ha pasado en la vida.

-El ego de Neruda era cuestión de estabilidad emocional, de soledad...

-No por estar solo, sino consigo mismo. Esos genios tan grandes tienen la sensación de soledad. Lo de Cela era egocentrismo total, Neruda tenía egocentrismo disminuido porque necesitaba de Matilde.

-En el podio del egocentrismo están...

-Sin duda esos dos, Neruda y Cela, además de Octavio Paz. Susan Sontag lucharía por un puesto en ese podio.

-De Borges destaca su humildad. Hay algo de normalidad en la necesidad de sentirse el centro del mundo.

-Borges era un personaje muy complejo pero, a la vez, de una gran sencillez. Si explico lo de Cela es para que se vea lo normal que era, si hablo de Borges para que conozcan lo sencillo que era y de Octavio Paz, para que se vea lo enorme que era.

-Borges, Benedetti, Paz, Cortázar, Umbral... La mayoría de los que habla en 'Egos revueltos' han desaparecido. Cuenta sus historias ahora, ¿miedo o respeto?

-No, nada de eso. Simplemente sentí la necesidad de reconstruir esa época tan importante e irrepetible del mundo de las letras.

-Habrá tantos egos como personas. En su libro aparecen muchos españoles, ¿son diferentes al resto?

-El ego de Caballero Bonald no tiene nada que ver con el Vázquez Montalbán y el de García Hortelano no se parece al de Marsé. Creo que hay dos etapas: hasta los 90 el ego español necesita a los otros para juntarse. A partir de entonces el egocentrismo se manifiesta de forma diferente.

-Explique, ¿cómo?

-Bueno pues ahora hay más obsesión por los contratos, por la búsqueda del brillo propio. Los escritores ahora son muy individualistas.

-Como en todas las profesiones...

-Sí, como en la gran mayoría, como en el fútbol son once individualidades.

-¿Le han recriminado por su libro?

-No, han tenido oportunidad y todavía no me ha llegado nada.

-No le molestará que hagan unas memorias suyas, ¿no?

-Yo creo que las memorias van viniendo, poco a poco, cada vez que escribo de mi padre o de mi infancia se van escribiendo.

-¿Querrá hacerlas usted mismo, no?

-Creo que las voy a hacer.

-Ha dicho de usted que tendrá muchos defectos, pero no el de no darse cuenta de si alguien necesita cariño. ¿Llegó a ser amigo de algunos de estos escritores?

-Me metí en el mundo editorial porque necesitaba saber lo que pasaba en el mundo de los autores, de los grandes genios. Ahí es muy difícil tener amigos, aunque creo que de alguno lo llegué a ser.