Sociedad

De versos, verdades, plegarias rabiosas y juegos formales

García Argüez, David Eloy Rodríguez, Luis García Gil, Fátima Vila y Ana R. Callealta presentaron sus trabajos en el Baluarte

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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«Porque la ira el es método de hacer frente a la amnesia». Los últimos versos del libro de García Argüez invocan a una lejana divinidad indígena, pero bien podrían ser un canto atemporal, geográficamente indefinido, elevado al cielo -o gritado al centro de la tierra-, por los parias de cualquier lugar del mundo. Comparten el mismo latido rabioso y hondo de los poemas de David Eloy Rodríguez, el escritor junto al que abrió ayer la tarde en la Feria del Libro de Cádiz. Manuel Ruiz Torres, en un ejercicio de malabarismo y elocuencia, los presentó a ambos a la vez. Trazó un perfil común hilvanando las claves, las formas y el fondo de todo lo que les une. La misma posición ante la vida, por ejemplo, o la idea de una poesía destinada por principio a plantear preguntas y a vocear verdades personales que aspiran a calar, aunque sea un poco, en la conciencia colectiva. También -quién lo diría-, el mismo eco de rezo, de oración pagana, que debe más a un código moral inquebrantable que a una pulsión metafísica.

Miguel Ángel García Argüez arrancó 'Los Días del Maíz' (Ediciones Baile del Sol) durante «un viaje extraño, sin motivo, meta, ni rumbo cierto», que lo llevó al Sur de México y a Guatemala. De «esa azarosa peripecia por aquellos paisajes y paisanajes» brotaron los versos que, algún tiempo después, de regreso a casa «fueron ordenados, pulidos y completados» hasta formar el libro-poema.

'Para nombrar una ciudad' (Renacimiento) surge de otro encuentro, este cotidiano y forzado: el choque urbano, con las calles, los bares, el asfalto, la injusticia, el humo y la gente a que nos obliga el día a día. La ciudad contemporánea, como un ente bidimensional, abstracto y concreto, con su teoría y su praxis, sus personas y sus lenguajes, hila los poemas de un libro que cuenta con sentido unitario, coherencia y trama.

Reflejos desvanecidos

Luis García Gil, «un hombre en el que habitan poetas antiguos», en palabra de la presentadora ausente, Rosario Troncoso, llevó al Baluarte 'Al Cerrar los ojos' (La compañía de versos), «una crónica de reflejos desvanecidos», según Tito Muñoz, y «un poemario colmado de verdad, conmovedor e hiriente», para Raquel Lanseros, los dos escritores que lo prologan.

Fátima Vila (con 'La estrella invitada' y Ana Rodríguez Callealta ('Vértigo') cerraron la tarde con la puesta de largo de los dos nuevos títulos de la colección Alumbre, que promueve la Diputación de Cádiz. «Me siento orgulloso de apadrinar el primer libro de una narradora que dará mucho que hablar», dijo Félix J. Palma. «El trabajo de Fátima cumple puntillosamente los principios con los que nació la colección: presenta a una escritora joven, con un talento indiscutible y un futuro prometedor, y apuesta por un formato original, distinto, que mezcla los usos del relato tradicional con los recursos de un blog».