Cameron celebra junto a un grupo de simpatizantes su triunfo en las elecciones en un pub de su circunscripción, Witney, situada cerca de Oxford. :: AP
MUNDO

Cameron ofrece a Clegg un pacto de gobierno

El líder 'tory' abre las negociaciones para lograr una mayoría parlamentaria estable

LONDRES. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los partidos conservador y liberaldemócrata comenzaron ayer conversaciones para analizar un posible apoyo exterior al programa de Gobierno o la formación de un Ejecutivo de coalición tras el cómputo de los votos emitidos por los electores el pasado jueves, que arroja una Cámara de los Comunes en la que ningún grupo tiene mayoría absoluta.

El Partido Conservador obtuvo el mayor número de escaños, 306, con un porcentaje de voto del 36,1%, que le deja lejos de los 326 necesarios para dominar una cámara con 650. Los laboristas obtuvieron el 29% de los votos y 258 diputados y los liberaldemócratas el 23% y 57.

El resto se reparte entre el Partido Democrático Unionista (DUP), 8; el Nacional Escocés (SNP), 6; Sinn Fein, 5; el nacionalista Partido de Gales (PC), 3; el Socialdemócrata y Laborista de Irlanda del Norte, 1; la Alianza, también norirlandesa, 1, y el Verde, 1. Estos dos últimos entran por primera vez en los Comunes.

El escaño que falta para que la suma sea de 650 no se adjudicó ayer porque en una circunscripción murió uno de los candidatos, del pequeño partido UKIP, y las normas exigen la cancelación de los comicios, que se celebrarán el 27 de mayo. Será retenido muy posiblemente por los conservadores.

Aritmética imposible

La predicción de los sondeos se confirmó y depara una aritmética parlamentaria compleja, que llevó ayer a varios políticos y profesores universitarios especializados a afirmar que las sumas no producirán el Gobierno estable necesario para afrontar difíciles e inevitables políticas fiscales y que es posible que haya nuevas elecciones en un plazo próximo, quizás este mismo año.

Pero, por el momento, los partidos, todos ellos asesorados por el alto funcionariado, que había preparado la posibilidad de un resultado de este tipo y creó equipos para aconsejar a las direcciones de los partidos sobre los pasos a seguir de acuerdo con las convenciones constitucionales, iniciaron ayer la tarea de intentar la formación de un Gobierno.

El primer paso correspondió paradójicamente a Nick Clegg, el líder de los liberaldemócratas, que tras obtener en los sondeos posteriores al primer debate televisivo cifras de intención de voto que le otorgaban aspiraciones de convertirse en primer ministro en un sistema electoral regido por la proporcionalidad, guió finalmente a su partido hacia la pérdida de cinco escaños con respecto a 2005.

Pero el apoyo de su grupo parlamentario daría la mayoría a un Gobierno del conservador David Cameron y también permitiría el sostenimiento de la coalición de los perdedores de ayer, la que en el argot político británico se conoce tradicionalmente como 'lib-lab'. Clegg atajó la especulación creciente sobre las opciones de su partido y, nada más regresar a Londres desde su circunscripción en Sheffield, reiteró en el mediodía de ayer lo que había dicho durante su campaña.

Los conservadores tienen la legitimidad para ser los primeros en intentar formar un Gobierno tras lograr más votos y más escaños, dijo. Gordon Brown, que ocupa aún la posición de primer ministro a la espera de que se anuncie un acuerdo sobre la formación de una mayoría rival, que le obligaría a dimitir, aceptó el planteamiento de Clegg y advirtió de que si su entendimiento con los 'tories' no fructifica su Partido Laborista tiene una propuesta para los liberaldemócratas.

En una rápida coreografía desplegada por los líderes en la primera hora de la tarde de ayer -camino de sus camas para reponerse de una noche en vela-, Cameron respondió inmediatamente con la presentación de una oferta pública a Clegg para entenderse sobre los aspectos comunes de sus programas -subrayó el fomento de una economía de bajo carbono, ayudas a los escolares de familias más pobres y reducción de impuestos a las rentas más bajas- y crear una coalición o un acuerdo de sostenimiento del programa legislativo.

Proporcionalidad electoral

El nuevo grupo parlamentario liberaldemócrata se reúne hoy y oirá más detalles sobre lo que se les propone, pero la impresión general es que el entendimiento con los 'tories' será difícil, porque los dos partidos tienen marcadas diferencias programáticas sobre la política fiscal inmediata, y sobre defensa o relaciones con la UE en aspectos más estratégicos.

Y Cameron no puede ofrecer a Clegg lo que el primer ministro derrotado, Brown, incluía en su programa electoral y reiteró ayer mismo, una reforma del sistema electoral que corrija la falta de proporcionalidad del actual, que dio ayer al partido que obtuvo un 23% de los votos menos de la quinta parte de los escaños del que cosechó el 36%. Eso ocurrió ayer entre liberales y 'tories' en una distribución que en la actualidad beneficia exageradamente a los laboristas.

Las negociaciones para crear un Gobierno estable en los próximos días parecen por eso complejas y el sostenimiento de ejecutivos con mayorías tan exiguas dependerá sobremanera de que, sean conservadores o laboristas los que lideren, se satisfaga a los socios de la coalición y al mismo tiempo a los elementos más radicales -euroescépticos o izquierdistas- incrustados en los grupos parlamentarios de ambos partidos.

Si los emparejamientos de la aritmética parlamentaria son muy complejos, la geografía política del país ofrece rasgos de desequilibrio. Los conservadores han ganado el mayor número de escaños pero son un partido del sur de Inglaterra, que no ha tenido buenos resultados ni en el norte ni en Escocia ni Irlanda del Norte. Y es el segundo partido en Gales, con 18 escaños menos que los 26 de los laboristas.