FÚTBOL | copa del rey

Cristiano somete a un campeón desquiciado

Dos claros y absurdos penaltis en el primer cuarto de hora acabaron con toda emoción y dispararon al Madrid a la final de Copa

MADRID Actualizado: Guardar
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Es posible que el 5-0 final de la eliminatoria resulte engañoso, pero la realidad es que el Real Madrid sometió al Atlético en una eliminatoria que nadie barruntaba tan desequilibrada. Los de Ancelotti se comportaron como un equipo con mayúsculas y los de Simeone, que ya suman tres partidos sin marcar, recordaron a esos colchoneros que año tras año se hacían el haraquiri ante el eterno rival con autogoles o penaltis pueriles al estilo del colombiano Perea o el holandés Heitinga. Si alguien pensaba que el duelo de vuelta podía dar de sí en el Calderón, las penas máximas cometidas por Manquillo e Insúa en el arranque se encargaron de desengañarle. Ante un rival muy profesional que sin acelerar les bailó, los suplentes del ‘Cholo’ no dieron la talla y evidenciaron que sería casi un milagro que este equipo aguantase la lucha por la Liga hasta el final. Tres derrotas consecutivas y tres partidos sin marcar, evidencian un cambio de tendencia.

Aunque desde el entorno mediático se trató de vender la posibilidad de remontada, nadie en el Atlético tuvo fe en un milagro. Y el primero, su entrenador. Simeone es poco amigo de los cambios, pero entre lesiones y descansos, en esta ocasión sólo alineó a dos titulares:Miranda y Koke. Se asemejaba más a ese grupo que inició el torneo de Copa ante el Sant Andreu que a un once competitivo y capaz de plantarle cara al enemigo en un duelo de máxima rivalidad. Pensó más el ‘Cholo’ en el futuro que en el presente. El problema es que la noche para el disfrute de los suplentes se transformó un suplicio.

Ancelotti, que jamás olvidará esa gesta del Deportivo ante su Milan en Riazor, sí confió en su bloque titular. Reservó a Pepe, a quien entendió que los atléticos buscarían para que viera esa amarilla que le dejara sin final, pero apostó por al también amenazado Ramos. Y buscó toque y disciplina táctica en el centro del campo con Illarra, Xabi Alonso y Modric. Bale y Cristiano eran puñales demasiado afilados para el inexperto Manquillo y el mediocre Insúa, e Isco gozó de su oportunidad como falso ariete. Cumplió el malagueño pero no era un partido muy exigente.

Simeone no confiaba en la heroica, pero sí en un partido digno que elevase la autoestima de sus jugadores, avalase el fondo de armario de su plantilla y reafirmase su candidatura de cara a la Liga. Pero descubrió un desastre. En un pispás, dos penaltis tan claros como ridículos cometidos por Manquillo e Insúa permitieron a Cristiano anotar por partida doble y acabar con cualquier emoción. Definitivamente, el defensa canterano no tiene suerte, o mejor dicho acierto. Salió en Vallecas y también realizó un penalti tonto al pisar por detrás, sin querer pero claramente, a un adversario. Esta vez, el derribo fue a Cristiano. Yal cuarto de hora, Insúa se llevó por delante a Bale en una entrada alevosa que, además del penalti, merecía una amarilla no mostrada por Undiano.

Descerebrado

A partir de ahí, el Madrid manejó la situación con suma solvencia, como si de un entrenamiento se tratase. El Atlético no le presionó y tampoco se desgastó en batallas, salvo la que un desquiciado Raúl García dirimió con Xabi Alonso. Se dijeron seguramente de todo, se ‘acariciaron’ y se citaron para después. Apenas había noticias, salvó un enorme disparo del navarro -anoche delantero centro en ausencia de Diego Costa y de Villa-, que golpeó en el poste de un Casillas ya batido. De pronto, Cristiano desequilibró en un salto a Manquillo y el chaval se dobló el cuello en una caída que puso el vello de punta. Dolía sólo de verlo, pero parece que se quedó en un esguince cervical. Para prevenir, Manquillo fue trasladado al hospital. Y cuando todos se dirigían a los vestuarios tras el descanso, un descerebrado lanzó un mechero desde la zona de preferencia que impactó en la cabeza de Cristiano. Deleznable.

Hizo bien Carletto en prescindir de Ramos para la segunda parte. Tal y como estaba la noche, el resultado y la eliminatoria, no suponía riesgo alguno apostar por Nacho. Más tarde dio minutos de descanso a Modric, clave en la mejoría de los blancos este curso, y tiró de Casemiro, un futbolista infrautilizado en esta campaña. Se pensó en el brasileño cuando Khedira se rompió la rodilla, pero apenas asomó en el equipo. Sorprendió que Cristiano siguiera sobre el terreno hasta el minuto 75. Más por el peligro de ser objeto de una mala entrada que por cansancio, ya que si no le rebajan la condena de tres partidos no volverá a jugar hasta dentro de dos semanas. Será en la ‘Champions’ ante el Schalke. Faltaban algunos detalles. Al pausado Miranda se le fue la cabeza al soltar un brazo a Jesé y luego encararse con Undiano. Iker Casillas, siempre un bastión ante el Atlético, elevó su récord de imbatibilidad y se convirtió en el primer portero de la historia que alcanza la final de Copa de España sin encajar un gol.