Messi se lamenta de una acción. / Afp
FÚTBOL | Liga de Campeones

Messi salva un punto

El Barça empata en Milán y continúa como líder destacado camino de octavos

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Un Barça algo plano, falto de verticalidad y no demasiado dinámico arrancó un buen empate ante el Milan, en San Siro, que le mantiene al frente del grupo H y con todas las opciones para acabar la fase de la liguilla de ‘Champions’ como primero de su cuarteto. El juego de los azulgrana, no obstante, no tuvo el brillo que les ha dado la gloria en los últimos tiempos, y aunque el barcelonismo esperaba un puñetazo en la mesa de los blaugranas como advertencia al Madrid de cara al clásico, los de Martino se mostraron algo conformistas y en ocasiones dieron la impresión de no saber cómo romper una defensa cerrada como la que planteó Allegri, algo que ya le pasó el fin de semana pasado en Pamplona.

El Barça, en cualquier caso, se encontró con un hueso muy duro de roer, casi desde el principio. El Milan, como ocurrió el año pasado en la ida de los octavos, cuando se impuso 2-0, salió fuerte, agresivo, muy intenso y con dos hombres como Kaká y Robinho muy dinámicos. Caían a la banda, se movían entrelíneas y Piqué y Mascherano se hacían un lío tremendo si salían de su zona de influencia. Al poco de empezar, Allegri recibió premio: la pareja de centrales del Barça no acertó a despejar, Robinho enredó lo que pudo, robó la pelota al borde del área, trazó una pared con Kaká y el ex del Santos hizo el primero.

Los italianos, como marca el dogma en el ‘calcio’, se echaron un poco para atrás, el Barça empezó a tocar un poco más y al partido de los catalanes le cambió la cara. Sobre todo porque el sexteto que Martino se guardaba para las grandes citas (Xavi, Busquets, Iniesta, Alexis, Messi y Neymar) se hizo con el control del balón y por ende del encuentro, a pesar de que el Milan, mientras Kaká seguía entero, era un peligro a la contra. El cuadro transalpino no deslumbra, no es el que fue (de hecho es octavo en su liga) pero con muy poco crea peligro. El Barça lo sabe, porque hace menos de un año lo sufrió en sus propias carnes. De ahí que se le viera preocupado por ajustar las marcas, por no fallar en los pases e intensificara la presión. Como consecuencia de un robo en el centro del campo llegó el empate. Iniesta lanzó sobre Messi y el argentino no perdonó. A partir de la igualada, el Barça se hizo con el control absoluto de la pelota. Neymar, Alexis e Iniesta, que se habían sacrificado en defensa, se soltaron para adelante y el Milan empezó a sentirse inferior, hasta el punto de que los de Martino completaron nueve llegadas con peligro en solo la primera parte.

El descanso cambió poco el panorama: el Barça dominaba, pero los ‘rossoneri’ tapaban muy bien las bandas y además lanzaban zarpazos muy peligrosos a la contra. A la hora de partido, el encuentro comenzó a romperse, las idas y vueltas se sucedieron y las llegadas se acumulaban en ambas porterías. Robinho, Iniesta, Xavi, Messi pudieron sorprender. El Barça, aun así, no acababa de encontrar huecos en la maraña que formaban De Jong, Muntari y Montolivo, además de los cuatro defensas lombardos. El Barça parecía dueño y señor, aunque de alguna manera no arriesgaba la pelota, en parte temeroso de perderla y de que el Milan le matara a la contra. O puede que se debiera a que no veía la manera de derribar el muro o porque hay jugadores, como Iniesta y Xavi, que están lejos de su mejor forma. El Barça, de todas maneras, dio por bueno el empate y sus futbolistas se mostraron satisfechos con la imagen y con el juego desplegado, según expresó Xavi al final del partido.