Berlusconi, ayer en la capital belga. / Efe
CRISIS FINANCIERA

Sarkozy: «España ya no está en primera línea de la crisis»

Los líderes continentales presionarán a Italia y España para que adopten más medidas frente a la crisis

BRUSELAS (BÉLGICA) Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha asegurado que gracias a los "esfuerzos" del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y a la "responsabilidad" del líder del PP, Mariano Rajoy, España "ya no está en primera línea" de la crisis de deuda. "Por lo que se refiere a España, gracias a los esfuerzos del señor Zapatero y el sentido de la responsabilidad de la oposición del señor Mariano Rajoy, España ya no está en primera línea", ha asegurado Sarkozy en una rueda de prensa conjunta con la canciller alemana, Angela Merkel. Sarkozy ha elogiado además los esfuerzos de ajuste de Portugal y sobre todo de Irlanda, que "era un país al borde de la quiebra tras la crisis de 2008" y ahora "es un país que ha salido o está saliendo de la crisis".

En contraste, el presidente francés ha exigido al primer ministro griego, George Papandreu, y al italiano, Silvio Berlusconi, que sean "conscientes de su responsabilidad" y adopten "decisiones nuevas" para reducir su déficit. "No se puede pedir solidaridad si aquel a quien se ayuda no hace los esfuerzos necesarios", ha dicho el presidente francés en referencia a Italia. También Merkel ha señalado que "Italia tiene una deuda pública muy elevada que deberá ir reduciendo" y ha pedido a Berlusconi "estar a la altura de la responsabilidad".

"Confiamos en él", ha asegurado la canciller alemana, que ha transmitido personalmente el mensaje al primer ministro italiano este domingo en una reunión conjunta con Sarkozy . "La confianza no se recuperará simplemente con un cortafuegos o con un nuevo programa para Grecia", ha resaltado Merkel en referencia al refuerzo del fondo de rescate, "la confianza se recuperará si cada uno haga su trabajo"

Plan anticrisis

Tanto Merkel como Sarkozy han hablado de "progresos" en los tres pilares del plan de la UE para combatir la crisis de deuda -la quita de Grecia, el refuerzo del fondo de rescate y la recapitalización de los bancos-, han restado importancia a las discrepancias entre Francia y Alemania y se han mostrado convencidos de que será posible lograr un acuerdo en la nueva cumbre convocada para el miércoles 26 de octubre. "Velaremos por que las decisiones que deben tomarse se tomen el miércoles", ha asegurado la canciller alemana, mientras que Sarkozy ha sostenido que los trabajos "avanzan bien", aunque ha destacado que se trata de decisiones de "una complejidad técnica considerable que exigen muchísimo dinero".

Por lo que se refiere al plan de recapitalización bancaria, ambos mandatarios han coincidido en que los bancos que no cumplan el nuevo ratio de capital deberán acudir primero al mercado, después a ayudas nacionales y "como último recurso" al fondo de rescate. Según el principio de acuerdo alcanzado este sábado -con reticencias de España, Italia y Portugal- la banca necesita alrededor de 100.000 millones de euros.

En cuanto a la quita para Grecia, Merkel ha dicho que "las negociaciones con los bancos acaban de empezar" y ha eludido concretar qué porcentaje de pérdidas se les pedirá que asuman. El descuento se situará alrededor del 50%. Finalmente, sobre el refuerzo del fondo de rescate de 440.000 millones de euros, la canciller alemana ha dicho que sobre la mesa hay dos alternativas y ha resaltado que "ninguna de ellas incluye al Banco Central Europeo porque los Tratados no lo permiten". Francia defendía que el BCE participara en el refuerzo de la potencia del fondo pero ha claudicado en su propuesta.

Sarkozy ha explicado que "el BCE es independiente y Francia lo apoya tanto como Alemania". "No corresponde a los jefes de Estado darle instrucciones, ha dicho. Pero ha agregado que "ninguna solución es viable si no tiene el apoyo de todas las instituciones". El presidente francés ha justificado sus múltiples reuniones con Merkel alegando que "es capital que, frente a esta crisis financiera sin precedentes a la que se enfrenta el euro, Alemania y Francia hablen con la misma voz y compartan una misma política".

Objetivos de la cumbre

Los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 buscarán en la cumbre que celebran hoy acercar posturas sobre el plan global para frenar la crisis de deuda de la eurozona, que incluye pedir a los bancos que asuman pérdidas de alrededor del 50% en la deuda griega en sus balances, recapitalizarlos con 100.000 millones y reforzar el fondo de rescate con el objetivo de contener el contagio a Italia y España.

A cambio de este refuerzo, los líderes europeos presionan al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y sobre todo al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, para que adopten más medidas de reducción del déficit. "España ya ha hecho mucho, pero probablemente tendrá que hacer más para recuperar la confianza de los mercados", dijo este sábado la canciller alemana, Angela Merkel.

Pese a que las fuertes diferencias entre Francia y Alemania se han ido reduciendo en las últimas horas a favor de la postura de Berlín, no se espera que el Consejo Europeo apruebe definitivamente el plan este domingo. El motivo esgrimido en público es que el Parlamento alemán debe dar su visto bueno previo a las medidas. Por ello se ha convocado una segunda cumbre el miércoles 26 de octubre.

Los países de la eurozona ya han logrado un acuerdo para pedir a la banca un "incremento sustancial" de su contribución al segundo rescate de Grecia, según ha anunciado el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker. "La cuantía tiene que ser suficiente para garantizar la sostenibilidad de la deuda griega, pero también aceptada por los acreedores puesto que queremos que sea voluntaria", ha apuntado la vicepresidenta Económica, Elena Salgado. La quita ascenderá probablemente al 50%, pese a que el Banco Central Europeo (BCE) mantiene sus reticencias porque teme que esta maniobra agrave el contagio a España e Italia. Y los líderes europeos necesitan que la banca la acepte porque una reestructuración impuesta desencadenaría los seguros del impago de la deuda.

Recapitalización bancaria

Tras vencer las reticencias de España, Italia, Portugal y el BCE, también se ha alcanzado un "consenso" sobre el plan para recapitalizar la banca europea con 100.000 millones de euros con el objetivo de que pueda resistir a la quita griega y a la crisis de deuda, según ha dicho el ministro de Economía polaco, Jacek Rostowski. El importe de capital adicional que la UE ve necesario para sus entidades es sustancialmente inferior a los 200.000 millones de euros que calcula el Fondo Monetario Internacional (FMI). Los ministros de Economía han acordado exigir temporalmente a los grandes bancos de la UE un ratio de capital de calidad del 9%, frente al 5% de las pruebas de estrés realizadas en julio, tras aplicar descuentos en la deuda pública de los países periféricos que tienen en cartera.

A los bancos que no alcancen el umbral de capital requerido se les pedirá que presenten un plan de recapitalización y que lo pongan en marcha. El plazo podría estar entre 3 y 6 meses, según fuentes comunitarias. El presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, ha propuesto que hasta que no tengan los fondos exigidos se prohíba a las entidades pagar bonus o dividendos. Los bancos deberán utilizar fuentes privadas de capital en primer lugar. Si es necesario, los Gobiernos nacionales les deben proporcionar asistencia en segundo lugar. Y como último recurso podrán recurrir a un préstamo del fondo europeo de estabilidad financiera.

Objeto de críticas

El plan ha sido objeto de duras críticas por parte de bancos españoles como el Santander y el Popular, que lo ven innecesario y consideran que los problemas de financiación de la banca se resolverían arreglando la situación en Grecia. La pieza final del acuerdo y sobre la que todavía persisten diferencias es el refuerzo del fondo de rescate. Francia ha renunciado a que se recurra al Banco Central Europeo (BCE) para multiplicar la potencia de este mecanismo, una alternativa que rechazaba tanto Alemania como el propio presidente saliente del BCE, Jean-Claude Trichet.

No obstante, el ministro holandés de Finanzas, Jan Kees de Jager, ha asegurado que persisten "grandes diferencias" entre los Estados miembros. Sobre la mesa quedan sólo dos opciones. En primer lugar, usar el fondo para avalar parte de las emisiones de deuda de Italia y España. En segundo lugar, constituir un vehículo especial para atraer inversiones de países del Golfo y asiáticos que quieran colaborar en la resolución de la crisis de deuda.