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El Madrid controla y ejecuta sin delantero centro

Fue muy superior a un decepcionante Atlético y Cristiano acabó con la pasión del derbi en el ecuador de un partido muy cómodo para los blancos | El Real Madrid ganó 3-1 en la ida

MADRID Actualizado: Guardar
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José Mourinho volvió a dejar a Benzema en el banquillo, porque esta vez prefirió asegurar y no correr riesgos y quien decidió fue el casi siempre, Cristiano, con un gol de delantero centro. En un partido muy cómodo para el Madrid, volvió a quedar patente la enorme distancia entre ambos equipos. Necesitaba el Atlético dos goles y no encajar ninguno para firmar una hazaña, pero después de tanto hacer creer a sus aficionados, su actuación resultó muy decepcionante. No hubo fe, ni mucho menos fútbol sin el lesionado Agüero. Del Real Madrid no se esperaba demasiado más después del gol de última hora de Özil en el Bernabéu. La pasión del derbi de vuelta se esfumó muy pronto, en el ecuador de la primera parte de un mal encuentro. Con la superioridad del Madrid, los blancos pudieron vivir una noche muy plácida.

A la primera Cristiano puso fin al espíritu de la remontada. Después de 20 minutos en los que el Atlético prometía algo de batalla, entonces bien plantado atrás y con intensidad, aunque nulo en ataque, cuando debía atacar pero también guardar la ropa, bastó un centro de Sergio Ramos y un error defensivo para sentenciar la eliminatoria. Para no perder la costumbre, la zaga rojiblanca no estuvo atenta, y Cristiano machacó. Ese gol dejó muy tocado al Atlético, que incapaz de crear juego y de superar la presión blanca, recurrió, impotente, a las patadas. Aunque el que peor parado salió fue Reyes, lesionado tras una entrada de Arbeloa.

También sobró el gesto provocador de Mourinho al celebrar un tanto que certificaba la pegada de un Madrid demasiado cómodo en un estadio que se presumía iba a ser una caldera. El ambiente efervescente del arranque se apagó con el tanto del portugués, aunque regresó tras el descanso con el empuje del 'Atleti'.

Pudo cambiar el curso de la eliminatoria un fallo de Casillas en un despeje ante Reyes antes de cumplirse el cuarto de hora, pero el rechace no fue a portería y el Atlético se fue diluyendo ante la superioridad madridista. Por si no tenía ya bastante el Atlético, se quedó sin una de sus principales armas. Con sus dificultades de siempre para tocar y profundizar, no hizo más el 'Atleti' en ese primer tiempo en el que el Madrid ni siquiera permitió acercarse a los rojiblancos al área de Casillas.

Mourinho ha inculcado a su equipo el sacrificio y, con el islote Forlán desaparecido, y sin el 'Kun', fue Filipe Luis quien intentó los contados arreones por la izquierda. En el bando contrario, Marcelo, por primera vez interior con 'Mou', participaba en casi todos los ataques, aunque el brasileño estuvo demasiado revolucionado e individualista y arriba, ante tanto cansancio acumulado de Di María y Özil, tampoco había fluidez visitante. Tampoco precisaba el Madrid desfondarse e ir a por más cuando el Atlético no metía miedo y los blancos disfrutan más a la contra. Al menos, los de Quique apenas les dieron opciones de contragolpear en un primer tiempo de claro color blanco.

Empuje inútil

Precisaba el 'Atleti' de un milagro para tener esperanzas de, al menos, forzar una prórroga. Tres goles. Y ante un Madrid tan seguro de sí mismo. Un imposible, aunque los rojiblancos quisieron levantar al Calderón y dar alguna esperanza cuando regresó de vestuarios. Encerró durante unos minutos al Madrid en su campo y llegó, por fin, el primer disparo a puerta local, a los 49 minutos.

Siguió apretando el 'Atleti' a base de coraje, porque sin fútbol, y sin la imaginación de Agüero, que puede sacar petróleo de la nada, la casta era lo único a lo que podía recurrir. Y con todo ya perdido, por lo menos morir en pie, con orgullo, intentando marcar algún gol a este Madrid que, precisamente, hasta su llegada al Calderón, no había logrado estrenarse fuera de casa en esta Copa. Pero el empuje del Atlético fue muy efímero, e inútil.

El Atlético tampoco tenía pólvora, por lo que los de Mourinho podían estar relativamente tranquilos atrás. El Madrid fue dejando que los locales se fundiesen físicamente. Con mantener la concentración atrás era suficiente para los blancos, aunque no renunciaron a seguir presionando muy arriba a un 'Atleti' con enormes dificultades para carburar con el balón, porque Elías tampoco parece ser el apropiado. El Madrid tampoco brilló con la pelota, pero sí que supo ejercer su autoridad y experiencia en un estadio que parece suyo. Porque el Atlético siempre es un chollo para el Madrid.