crisis en el ayuntamiento de jerez

La alcaldesa reconoce que la situación es «muy complicada» y no da plazos para pagar a concesionarias y plantilla municipal

García-Pelayo culpa por enésima vez a la Junta de los impagos a Acasa y pide a los trabajadores municipales «moderación y respeto»

Jerez Actualizado: Guardar
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Los trabajadores de las concesionarias municipales y del propio Ayuntamiento que llevan varios meses sin cobrar tenían depositadas ciertas esperanzas en la comparecencia que tenía previsto protagonizar esta mañana la primera regidora, María José García-Pelayo, acompañada por el primer teniente de alcaldesa, Antonio Saldaña. Desafortunadamente para ellos, en esa rueda de prensa lo único que hizo la edil fue corroborar la mayor de las obviedades: que la situación económica es «muy complicada» y, lo que es peor, que el gobierno local sigue sin saber cuándo pagará todos esos atrasos pendientes. Como subrayó, el problema de las arcas se ha agravado por las circunstancias, también negativas, de los proveedores que prestan los servicios fundamentales a la ciudad, lo que ha propiciado que Teconma (encargada de parques y jardines) se encuentre en suspensión de pagos y que empresas como Limasa, Acasa, Linesur o Urbanos Amarillos no puedan hacer frente al salario de sus empleados.

Más allá de todas estas consideraciones, lo único cierto es que el Consistorio, de momento, continuará sin soltar un solo euro: «No tenemos dinero porque nos han dejado tiesos», insistió una vez más García-Pelayo, echando balones fuera y colocando nuevamente en el centro de la diana a la Junta y al gobierno saliente del PSOE. En lo que respecta a la administración regional, repitió que no ha cumplido con el pago bimensual que debería haber realizado en enero para el servicio de ayuda a domicilio; ello, sumado a la negativa de los bancos a dar un anticipo porque, según la alcaldesa, «no se fían de la Junta», provoca que al Ayuntamiento le sea imposible realizar cualquier transferencia a Acasa. Además, criticó el hecho de que la Consejería de Bienestar Social les haya citado para tratar este asunto el 13 de febrero, una fecha que considera excesivamente lejana teniendo en cuenta la situación de las trabajadoras. «Entiendo que estén acampadas ahí, a las puertas del Ayuntamiento –reconoció–, y no es de recibo que la Consejería haya puesto la reunión el día 13. Con ello, lo que hacen es mostrar muy poca sensibilidad». En esta línea, acusó también a la consejera de impedir la presencia del comité de empresa en dicho encuentro, a pesar de la petición llevada a cabo por el propio ejecutivo local.

Como no podía ser de otra manera, García-Pelayo se refirió una vez más a los desvíos de fondos del anterior gobierno, asegurando que en tres años destinó el 41,48% de los fondos para Acasa a otras cuestiones, lo que según ella justificaría el que el Ayuntamiento no haya podido pagar al tener que tapar ese 'agujero'. La alcaldesa también aludió al frente que mantiene abierto con la plantilla municipal, a la que se le adeudan dos nóminas y parte de una tercera; en este caso tampoco fue capaz de dar plazos, y lo único que pidió a los perjudicados es que «no radicalicen las movilizaciones, porque todo se puede hacer con moderación y respeto». «Nuestra obligación es pagar y lo haremos –sentenció–, pero la situación es límite y aún tenemos que cerrar las operaciones con tesorería».

Con estas declaraciones hizo una clara referencia a los disturbios ocurridos hace una semana, cuando los manifestantes tuvieron que soportar cargas policiales en la puerta del Consistorio. Algo a lo que intentó quitar hierro argumentando que «cuando los ánimos se calientan las cosas se van de las manos; nadie tuvo la culpa de lo que pasó, ni una parte ni la otra».