Tres vehículos circulan por la carretera que une las localidades asturianas de Gijón, Oviedo y Avilés. :: JOSÉ SIMAL
ESPAÑA

El Gobierno limita a 110 la velocidad en autovías para ahorrar petróleo

Calcula que cada vehículo puede economizar con esa medida entre el 11% y el 15% de su consumo

MADRID. Actualizado: Guardar
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Desde el 7 de marzo la velocidad máxima a la que se podrá circular por autopistas y autovías será de 110 kilómetros por hora frente a los 120 que rigen en la actualidad. El Gobierno ha adoptado esta medida, no utilizada desde la crisis petrolera de 1973, con carácter temporal para impulsar el ahorro energético. También de forma transitoria ha impuesto una rebaja del 5% en los billetes y abonos de Renfe en los tráficos de cercanías y media distancia -no en los de larga y alta velocidad- con el propósito de combatir las consecuencias económicas de la escalada del precio del crudo, que en una semana ha escalado hasta los 120 dólares el barril, para situarse ayer en el entorno de los 112 dólares. En lo que más directamente afecta al bolsillo, gasolinas y gasóleos rozan sus máximos históricos.

Las dos medidas se mantendrán mientras duren las tensiones en el norte de África, y a ellas se añade, con intención de permanencia, la obligación de incorporar a gasolinas y gasóleos un 7% de biodiesel, cuando el porcentaje actual se limita al 5,8%. A este primer paquete de iniciativas de ahorro energético, adoptado por el Consejo de Ministros y presentado por el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba, seguirán las medidas que el ministro de Industria, Miguel Sebastián, pueda concertar con la Federación Española de Municipios y Provincias durante la próxima semana, que harán referencia a la iluminación de las ciudades, de los edificios públicos y el ahorro en las administraciones.

También se intensificará el seguimiento de los precios que aplican las distribuidoras de carburantes, y los márgenes que obtienen. Un grupo de trabajo, liderado por Economía y del que formarán parte las empresas productoras y comercializadoras de gasolinas y gasóleos, analizará la evolución de los precios finales en comparación con los costes, y velará por el máximo desarrollo de la competencia.

El conjunto de propuestas lo aprobará el Gabinete el 4 de marzo, pero la necesidad de adecuar una serie de normas como el reglamento de circulación, o de proceder al cambio en las señales, radares y paneles, ha llevado a anticipar tres de ellas. Se modificarán, anunció el vicepresidente, el sistema de multas y las señales de tráfico, pero no el sistema de puntos, porque la medida no se ha tomado para mejorar la seguridad vial, sino para potenciar el ahorro energético.

Puesto que se trata de una iniciativa temporal, se optará por fórmulas que permitan un cambio de las señales lo más barato posible, dijo Rubalcaba. Aseguró que los costes de adaptación de los indicadores de tráfico no se comerán el ahorro generado, que puede situarse entre un 5% y un 10% en el consumo total de energía, según estudios del Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético. En los presupuestos de los hogares, el descenso de la velocidad puede permitir a cada vehículo economizar hasta un 15% en su consumo de gasolina y un 11% si tiene motor diesel. Como es lógico, el ahorro individual estará en función del tipo de trayectos realizados.

Autonomía

Ayuntamientos y comunidades autónomas dispondrán de plena autonomía para aplicar sus propias medidas de ahorro energético. «La acción del Estado ya les dará una idea de por dónde van las cosas, pero la decisión última les corresponde a ellos, en la medida en que todo incide en sus políticas de ingresos y gastos», dijo Rubalcaba.

El vicepresidente insistió en que las revueltas y tensiones del norte de África «no plantean un problema de suministro», pero se impone hacer frente a la escalada de la cotización del crudo en los bolsillos de todos. «Cada diez dólares que sube el barril de petróleo la factura energética de España se encarece en 6.000 millones de euros», insistió.

Y de la intensidad del problema dan idea otros datos. En 2010, España cerró con un déficit comercial o diferencia entre las importaciones y las exportaciones de 52.283 millones de euros, un 4,2% superior al de 2009 y el primer aumento registrado en tres años. La culpa la tuvo el crudo, porque dos de cada tres euros de esos números rojos procedieron del desajuste entre compras y ventas del petróleo y sus derivados. Pero en todo el año el incremento medio de la cotización internacional del crudo fue del orden de diez dólares, inferior al tirón que ha experimentado en la última semana.

El vicepresidente apuntó que el Gobierno no se ha planteado rebajar sus expectativas de crecimiento de la actividad económica por el encarecimiento del petróleo. El cuadro macroeconómico que acompañó a los Presupuestos del Estado para este año, no obstante, se hizo con un precio del crudo entre 80 y 85 dólares el barril, y ahora está por encima de los 110 dólares.

«No podemos hacer una previsión fiable sobre la cotización del petróleo», argumentó. Pero insistió en que «es un problema donde nos jugamos muchísimo dinero en momentos en que nos es vital gastar lo menos posible». Con tono pesimista, Rubalcaba confesó que el Gobierno «no piensa que el petróleo vaya a bajar».

Si de algo no duda el Gobierno es de la seguridad de los abastecimientos. La Comisión Nacional de la Energía lo ha dejado claro: en España «no hay problemas de suministro y la repercusión de una posible interrupción tendría un alcance muy limitado». El mercado garantiza la sustitución de unos proveedores por otros, añade, y explica que, dada la preferencia de los países europeos por el suministro de Oriente Próximo, «es previsible que los gobiernos adopten planes de ahorro energético no tanto por las dificultades físicas de suministro como derivados del impacto de los altos precios del crudo en las economías nacionales».