España se encuentra en suspensión de pagos

Este país llamado España ha vuelto a caer en una profunda crisis de todo tipo, empezando por la sustancial crisis de valores y terminando en una crisis económica, donde el miedo y el pánico están haciendo de los españoles estragos incalculables. El desempleo nos azota cada día y nos condena a que más de un 20% de la población activa se encuentre subsidiada y pagada su remuneración a través del gasto público. De este gasto público, para poder avanzar en el déficit estructural que sostenemos, habría que ahorrar en lo que queda de año más de 80.000 millones de euros. Algo que sólo se haría posible con medidas drásticas y generalizadas para que el control del gasto haga retornar lentamente y poder tener parte del empleo que se ha perdido en el año 2016.

En España, pese a esta crisis, hay casi tantos empleados públicos como empresarios. Algo inaudito, donde mientras las pymes y autónomos están cayendo derrotados, el sector público ha crecido, según la última encuesta de población activa. Estamos cerrando empresas a diario, los recién titulados universitarios prefieren convertirse en funcionarios porque se garantizan la vida eterna, lo que hace que la «titulitis» que la Universidad fabrica sea una auténtica industria de parados.

La brecha que se abrió por primera vez a principios del 2009 marca que en nuestro país albergamos a 3,1 millón de trabajadores públicos. Es decir, un millón más que lo que movía el sector industrial, un sector que se mueve en el entorno del 15% del PIB. En concreto, entre funcionarios, parados, jubilados y apesebrados del dinero público, aquí no hay quien trabaje. El resto, contratos temporales, regulaciones de empleo, pensiones no contributivas, invalideces y formación hacen que estemos en las puertas de una quiebra absoluta del sistema económico. Mientras, los sindicatos calladitos y respetuosos con su amantísimo ZP, colmados de subvenciones y como dato anecdótico, la UGT subió el sueldo en su convenio colectivo y sin apretarse el cinturón una media del 3,75% con el dinero de todos los trabajadores españoles. A todo ello, le sumaremos para conocer mejor quiénes viven de quién, que en este país existen 203.000 liberados sindicales, entre instituciones públicas y empresas, tanto de carácter privado como públicas, correspondiendo en este reparto de buena costumbre alrededor de 103.000 a UGT y 100.000 a CC OO y, por supuesto, bajo el manto de su dedicación sindical tampoco realizan trabajo alguno.

A todo ello y para cumplir el refrán de que «éramos pocos y parió la abuela», ZP nos sube un 2% el IVA a partir del 1 de julio, es decir, 10.000 empresas pequeñas por el sólo gesto de subir un 14% este IVA en lo que queda de año están avocadas y condenadas a «tirarse por los bloques del Campo del Sur» como simpáticamente decimos en Cádiz.

El panorama no puede ser más negativo. Esta es la España del ZParo, en la nos engañaron tras retirar las tropas de Irak donde no hubo ni un solo muerto y mientras bajo su mandato mueren muchos militares «en misiones humanitarias» en otros países donde el oscurantismo y la falta de información es la tarjeta de visita. Pero eso sí, promesas de brotes verdes, y ya son diez veces las que le hemos escuchado que «estamos tocando techo». No sabemos si es que el autobús en el que vamos es el de los «guiris» que hacen los circuitos turísticos.

Al fin y al cabo, quienes le votaron son los únicos responsables de la muerte anunciada que tenemos hoy. Es decir, España está en suspensión de pagos y posiblemente la quiebra del Estado no tardará en producirse, lo que determina que la agonía letal y el corralito están a la vuelta de la esquina.