El suegro y la Tanya, la esposa de Pablo Ibar, asisten junto a su abogado, al juicio de apelación de la sentencia de Ibar por asesinato en la sede de la Corte Estatal en Ft. Lauderdale, Florida (EEUU). / Efe
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Un juez accede a cotejar las huellas dactilares y el ADN de un sospechoso de los crímenes imputados a Ibar

El español lleva desde el año 2000 en el corredor de la muerte de una cárcel de Florida por haber asesinado presuntamente a tres personas

MADRID Actualizado: Guardar
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El juez estadounidense encargado del caso de Pablo Ibar, el español que permanece desde el año 2000 en el corredor de la muerte de una cárcel de Florida (Estados Unidos), ha accedido a que se cotejen las huellas dactilares y el ADN de un nuevo sospechoso con las recogidas en el escenario de los crímenes imputados al español.

Para firmar la orden, el magistrado Jeffrey R. Levenson necesita la autorización del Tribunal Supremo, algo que puede llegar esta misma semana, en opinión del abogado de Ibar, Benjamin Wasman, según ha informado el portavoz de la Asociación contra la Pena de Muerte, Andrés Krakenberger, que se mantiene en contacto permanente con el letrado.

El juez se ha mostrado favorable a cotejar las huellas dactilares y el ADN del nuevo sospechoso en una reunión mantenida hoy en su despacho en Fort Lauderdale, al norte de Miami, con Wasman y los fiscales que representan al Estado de Florida, en la que han fijado un nuevo encuentro para el próximo ocho de junio. En estas reuniones, denominadas 'status conference', las partes analizan con el juez el estado del caso y van marcando con él las reglas de juego.

Un testigo exculpa a Ibar

La decisión de Levenson se produce después de que Wasman presentara la declaración de un testigo que asegura que el preso William Ortiz, de 37 años, le confesó haber matado en 1994 al dueño de un local nocturno, Casmir Sucharsky, y a dos modelos, Sharon Anderson y Marie Rogers, cuyos asesinatos se imputaron a Ibar. Según Krakenberger, el magistrado, la defensa y los representantes del Estado de Florida están de acuerdo en dilucidar primero si las huellas dactilares y el ADN de Ortiz aparecen en el escenario del crimen antes de entrar a evaluar otros aspectos que alega la defensa.

Entre otras cosas, la defensa de Ibar sostiene que en el juicio a su cliente no se respetaron los derechos constitucionales de Ibar porque el abogado de oficio que le asistió no procuró la asistencia de un experto de identificación facial que estableciera que es imposible identificar a Pablo como uno de los autores del crimen basándose exclusivamente en la grabación de una cámara de vigilancia del domicilio donde tuvieron lugar los asesinatos. Si el Supremo autoriza el cotejo de las huellas y el ADN de Ortiz, este proceso se podría prolongar "varios meses", advirtió Krakenberger. Entre otras cosas, habrá que comprobar si el ADN de Ortiz está ya registrado o no en una base de datos y, en caso negativo, habrá que ver si Ortiz se puede negar a que se le tomen muestras de su ADN.