Tiempo de mudanza

En tiempos de tribulaciones mejor no hacer mudanza, dice una má-xima jesuítica atribuida a San Ignacio de Loyola. Es posible que al santo le asista la razón, pero cuando las tribulaciones son de índole materialista el sentido común aconseja poner en marcha los cambios oportunos para hacerlas desaparecer. Por ejemplo, la gravedad de la crisis económica ha obligado a Zapatero a realizar una significativa remodelación de su gobierno con la intención de imprimir un fuerte impulso a las políticas que tengan por objeto la recuperación de nuestra economía. La necesidad del cambio también llega al gobierno andaluz. Nada menos que el presidente de la Junta se marcha a Madrid para echarle un cable a Zapatero dejando a Griñán como presidente in pectore. Ojalá les acompañe la suerte. Sin embargo, el cambio todavía no alcanza al aparato del partido que gobierna Andalucía. Se ve que no ha sido tocado por la varita mágica de la renovación. Ahí, parece que San Ignacio cuenta con numerosos devotos.

En el ámbito local se hace igualmente indispensable un modo de gobernar distinto del actual, un cambio decidido en las políticas desarrolladas hasta ahora en la ciudad. El gobierno municipal tiene demasiados frentes abiertos que debe ce-rrar cuanto antes aunque le suponga un cierto sacrificio.

Las 3.000 firmas en defensa de la Aduana descolocan a más de un responsable político local y desorienta a un sector de la oposición. Las 4.000 firmas que apoyan la diafanidad de la plaza Rosa de los Vientos no pueden ser ignoradas. Los despilfarros publicitarios, la propaganda abusiva y engañosa, las indecisiones sobre la plaza de Sevilla, la desmesurada presión fiscal que recae sobre los gaditanos... tienen que encontrar un final. Un nuevo error como el cometido con la ubicación del chiringuito de la Caleta o como el de la ampliación del aparcamiento de Canalejas, que imposibilita el ambicioso proyecto de la plaza del Mar, podría suponer un severo correctivo electoral para el PP.

En una vieja ciudad italiana se encuentra una antigua estatua ecuestre de bronce en buen estado de conservación que, según la leyenda, anunciará el fin del mundo si se ennegrece en su totalidad por la acción del tiempo.

En Cádiz, las garras del pá-jaro metálico de Puerta Tierra, con apenas un año de vida, empiezan a oxidarse ¿Será una señal premonitoria propia de un pájaro de mal agüero?