FRESEROS. Muchos temporeros serranos que habitualmente participaban en la campaña de la fresa este año no han podido hacerlo. / A. R.
Ciudadanos

Los desempleados de la Sierra se aferran a la posibilidad de trabajar el frutal en Zaragoza

La contratación de temporeros locales que se encuentran parados en las zonas en las que se realizan las distintas campañas reduce el número de gaditanos que consiguen un jornal fuera

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Cientos de vecinos de la Sierra de Cádiz se encuentran pendientes de una llamada para hacer la maleta y poder desplazarse a Zaragoza, para la recogida de fruta. Allí esperan poder echar unos meses de trabajo que les ayuden a sobrevivir a la crisis, sobre todo ahora que empiezan a agotarse las prestaciones por desempleo.

El problema con el que se encuentran estos temporeros es el mismo que el que se ha repetido en diferentes campañas como la de la recogida de aceituna en Córdoba y Jaén o la de la fresa en Huelva. La cuestión es que en esas poblaciones también se está dando la misma situación de paro que en Cádiz por lo que los propios vecinos de la zona están acudiendo al campo a buscar los jornales.

De este modo, al campo terminan acudiendo los extranjeros que aceptan jornales más bajos y condiciones más desfavorables, como el hecho de que acepten compartir vivienda entre quince o veinte inmigrantes, algo a lo que no están dispuestos los jornaleros españoles. A eso hay que unir que al tener este año mano de obra local en la zona, los empresarios se evitan tener que buscar alojamiento a los temporeros que pueden acudir a los tajos desde su propia casa.

El alcalde de Puerto Serrano, Pedro Ruiz Peralta, considera que el auge de la construcción hizo que los «vecinos abandonaran jornales como los de la fresa de Huelva», lo que llevó a los freseros a buscarse mano de obra en otros lugares. Eso supone que «ahora queramos volver a hacer las campañas y los tajos se encuentren ocupados», lamentó.

Estos jornaleros se dan en todos los pueblos de la Sierra aunque existen tres poblaciones donde suponen un número de personas especialmente significativas, caso de Espera, Puerto Serrano y Alcalá del Valle. Todas ellas arrastran unos números de desempleados bastante altos y estos problemas pueden agravar mucho más su situación. Alcalá del Valle registró 421 desempleados en marzo, 50 de ellos en la agricultura; Espera 375, con una veintena en el campo; y Puerto Serrano 595, 92 de ellos en la agricultura.

Los datos de desempleados del campo no reflejan la situación que se está viviendo en la comarca porque la mayoría de los demandantes que actualmente quieren acudir a la campaña maña no son trabajadores propios del campo, sino aquellas que se han quedado paradas por la bajada de la construcción. De hecho, aquellos jornaleros que no abandonaron la agricultura en el momento de mayor auge del ladrillo son los que menos problemas están teniendo para seguir con sus jornales.

Esta situación se repite en las diferentes campañas que actualmente se están dando y aquellas que ya han terminado. A Francia y Bélgica se desplazaron, entre mediados de septiembre y principio de diciembre, más de 600 vecinos de la provincia para la recogida de la uva gala y la manzana belga. No obstante hubo cientos de gaditanos que se quedaron esperando poder participar en estas campañas. Alonso Ponce, uno de los encargados de buscar personal en Alcalá del Valle, aseguró que «este año podría haber llenado los autobuses de todos trabajadores que me hubieran pedido».

En la aceituna a los problemas de falta de jornales hay que añadirle los que ocasionaron las precipitaciones que se produjeron en plena campaña. Eso les sucedió a Francisco y Francisco Javier López, padre e hijo vecinos de la localidad de Espera, que se fueron a Córdoba en diciembre y «sólo pudimos trabajar doce días, lo que hizo que ganáramos lo justito para pagar los gastos», aseguran.

La última campaña que dio la cara fue la de la fresa, donde hubo familias que se quedaron sin poder participar en la campaña, a pesar de que venían haciéndolo desde hace unas dos décadas. Ese es el caso de la familia López - Berlanga, de Espera, compuesta por el matrimonio de Juan y María José y sus hijas, que finalmente no ha podido participar en la campaña porque los empresarios optaron por trabajadores onubenses y de centroeuropa.

Jornales

El jornal que suelen ganar los temporeros varía bastante según la campaña y la finca donde desempeñen su labor. En la fresa de Huelva suelen trabajar unas siete horas al día y cobran entre 36 y 42 euros. En la aceituna se trabaja también siete horas diarias y se gana entre 48 y 50 euros. En la campaña que está ahora por empezar, la de los frutales de Zaragoza, ganan en torno a 52 euros diarios y trabajan unas diez horas al día.