ACUERDOS. Sarkozy saluda al primer ministro húngaro, Ferenc Gyurcsany, en presencia de Zapatero, tras la cumbre de ayer. / EFE
Economia

La UE ofrece imagen de unidad ante la crisis y rechaza el proteccionismo

Los 27 aparcan sus recelos hacia los planes de Francia y disipan el temor a una quiebra financiera en el Este

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La Unión Europea emergió ayer de una cumbre extraordinaria sobre la crisis económica con una imagen de coherencia y unidad de acción que los hechos de estas últimas semanas, a los que la convocatoria de esta reunión respondía en buena medida, habían puesto seriamente en entredicho.

Los 27 estados de la UE alcanzaron una visión común sobre las recetas para salir de la crisis, que pasan por el refuerzo de la coordinación y la negación del unilateralismo y el proteccionismo económico. Para impulsar esa posición consensuada, en las horas previas a la cumbre la Comisión, la presidencia y algunos Estados miembros, en particular Francia y Alemania, se habían puesto de acuerdo sobre asuntos de gran relevancia que han enturbiado el ambiente comunitario las últimas semanas, como el plan de ayudas al sector francés del automóvil o el apoyo financiero a socios del euro en dificultades (Irlanda, Grecia) o a los países del centro y el este de Europa.

A últimas horas del sábado, la Comisión hizo público un comunicado de la comisaria Kroes (Competencia) en el que manifestaba que las últimas disposiciones adoptadas por el Gobierno francés, a propósito del plan de ayudas a la automoción, despejaban las dudas sobre el alcance proteccionista de la iniciativa. Bruselas valoraba la desaparición de toda referencia en el texto a la obligación de las empresas subsidiadas de mantener el empleo en Francia durante los 5 años que dure el plan.

Los acuerdos crediticios que otorgue el Estado francés a esas empresas «no contendrán condición alguna que concierna a la localización de las actividades ni a la priorización de suministradores situados en territorio francés», decía el comunicado. Con esos planteamientos, la comisaria Kroes se declaró «satisfecha».

El primer ministro checo, Mirek Topolanek, que había alzado su voz contra el plan francés, prefirió callar y dar crédito a la comisaria Kroes, que prometió «controlar la implementación del plan».

Ayudas al Este

El segundo factor de apaciguamiento para las inquietudes a las que respondía esta cumbre llegó de Alemania. Cerrada en sí misma a la hora de diseñar esfuerzos para atender las necesidades de la crisis, la principal economía europea comenzó a reconocer, hace diez días, la posibilidad de que haya que hacer frente a las necesidades financieras de otros socios del euro golpeados por la crisis, como sucede con Irlanda o Grecia. El FMI, el BEI y el BERD dieron luz verde el jueves pasado a sendas operaciones financieras para facilitar liquidez a los países del Este europeo, más afectados por la crisis. Angela Merkel no descartó ayer apoyos financieros específicos de los socios de la UE en beneficio de esos países, pero en ningún caso bajo un plan conjunto europeo de ayuda. «Atraviesan situaciones muy diferentes», dijo la canciller, que además expresó su firme apoyo al Pacto de Estabilidad y mostró su convencimiento de que «pronto» habrá un acuerdo entre los miembros del euro para reconducir los déficits excesivos.

Nicolás Sarkozy, por su parte, anunció que existe un consenso general en el Consejo Europeo sobre la manera de tratar los denominados «activos tóxicos». La cumbre del 19 y 20 de este mes perfilará ese tratamiento.