Pues ahora no juego

Rajoy se siente acosado y advierte de que el partido ha roto con la Justicia. Arenas se ha dado cuenta de que «las calles no son de izquierdas» y le sacude el polvo a la pancarta para protestar por el embrollo en que nos ha metido la ambición desmedida y la falta de escrúpulos de los banqueros, tradicionales votantes del PCE. Como la Fiscalía les ha tocado la moral, ahora dicen que no juegan. Que ellos están para lo que sea (gobernar, hacer oposición, reunirse, comer gambas, apoyar guerras), pero que eso de que los investiguen no mola. A ver si sale algo y la cagamos. Toda la troupe se enroca en un corporativismo infantil y obtuso, que dice bien poco de su confianza en las instituciones democráticas (aunque nos piden a nosotros que creamos en ellas sin pestañear), y pone morritos de indignación. Mientras tanto, los mismos se van de mani en Málaga, porque resulta que la crisis es culpa de Castro, Chaves, Zapatero y Lenin. Ellos, que siempre han defendido un mayor control sobre el mercado, que alertaban constantemente del previsible reventón de la burbuja inmobiliaria y de los peligros de la especulación financiera, tienen derecho ahora a pedir explicaciones. Pero no quieren darlas. Sobre todo a Garzón.

Los vecinos de mi bloque han decidido, por su cuenta y riesgo, que los bancos y las constructoras han estado 20 años estafándolos. Que han inflado los precios para aprovecharse de su sudor, de sus jornadas infernales y de sus sueldos de mierda. Se sienten acosados por el sistema financiero. Ayer salieron todos al porche y se hicieron una foto. Dicen que han roto con el sistema monetario internacional. Y puede que pronto comiencen a romper más cosas.