Imagen principal de la página web del presidente electo de EEUU, Barack Obama.
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Obama, hijo de Internet

Los estrategas del sucesor de George W. Bush han sabido entender como nadie las virtudes de la red e integrarlo con las estrategias tradicionales de marketing en favor de su candidato

MADRID Actualizado: Guardar
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La victoria en las urnas del candidato demócrata a la Presidencia de EEUU, Barack Obama, no sólo ha creado un hito en la historia del país, sino que ha marcado un antes y un después en el uso de las nuevas tecnologías como estrategia electoral. Marketing viral, redes sociales como Facebook, vídeos en Youtube o una simple página web, han ayudado a la campaña demócrata a lograr su objetivo. Así como Roosevelt fue el primero en comprender las bondades de la radio y Kennedy sacó partido del poder de la televisión, los estrategas del sucesor de George W. Bush han sabido entender como nadie las virtudes de Internet e integrarlo con las estrategias tradicionales de marketing en favor de su candidato.

Mantener la información actualizada casi al instante, la creación de una gran base de datos y el contacto con el electorado de forma personalizada resumen las claves del éxito de unos comicios que han movilizado a 153 millones de ciudadanos, el 75% del censo elegible, a registrarse para participar en las elecciones. El dato final de participación también ha roto moldes en un país con un nivel medio de participación del 54%.

La incursión en Internet del senador por Illinois tiene su base de operaciones en una sencilla web personal (BarackObama.com), donde el potencial votante podía consultar todas las novedades de la campaña del candidato. Además del carácter informativo y de posicionamiento de imagen, la página de Obama se fue nutriendo de una gruesa base de datos de los usuarios, registrados de manera voluntaria, y que posibilitó un contacto más personalizado tanto a través de las llamadas telefónicas para pedir el voto, como a través del envío de correos electrónicos o mensajes a móviles.

La web se configuró además como una de las fuentes principales de petición de donaciones para la campaña, aspecto de gran importancia teniendo en cuenta que más del 70% de la campaña demócrata procedía de donaciones voluntarias de menos de 50 dólares cada una.

'De tú a tú' en la era de la despersonalización

El otro punto fuerte de la campaña demócrata ha sido la comunidad creada en torno a Obama, un fenómeno de masas que ha aglutinado a cientos de voluntarios volcados con la causa. Una extensa red de seguidores incondicionales cuyo objetivo era contactar con el electorado y ganarse su voto: Llamadas telefónicas, envío masivo de correos electrónicos, mensajes de texto a móviles e incluso el puerta a puerta, todo lo necesario para realizar un intenso seguimiento del electorado e involucrarlo en el proceso.

El uso del marketing viral realizado en estos comicios no tiene precedentes en la historia de la democracia. Como ejemplo, a la hora de anunciar quién sería el candidato demócrata a la Vicepresidencia, Joe Biden, se enviaron más de tres millones de mensajes de texto. Las llamadas telefónicas para convencer a los indecisos también reflejaron cifras millonarias.

Una campaña que ha apostado por un nicho normalmente desatendido, el de la gente joven, con unas características de consumo de nuevas tecnologías muy concretas y con el que se han utilizado las herramientas adecuadas para involucrarlos en el proceso electoral.