El presidente electo ha comparecido junto a su familia y luego se ha fotografiado con su mujer, el que será su vicepresidente, Joe Biden, y su esposa. /Ap
triunfo histórico de obama en las ELECCIONES de EEUU

«El camino por delante será largo»

Estados Unidos acaba de un plumazo con la era Bush. El “yes we can” se convirtió en “yes we did it”, y con ello las calles de Chicago y las de todo el país en un auténtico carnaval que celebraba la victoria del primer presidente negro de EEUU

ENVIADA ESPECIAL A CHICAGO Actualizado: Guardar
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“¡Sí pudimos!”, gritaba la gente en las calles. Estados Unidos acabó ayer de un plumazo con la era Bush. El “yes we can” se convirtió en “yes we did it”, y con ello las calles de Chicago y las de todo el país en un auténtico carnaval que celebraba la victoria del primer presidente negro de EEUU.

Barack Obama, apenas un desconocido hace cuatro años, logró convencer al pueblo estadounidense con un mensaje de cambio y de unidad que caló pronto en el electorado y que su contrincante, el republicano John McCain, no pudo combatir. Al próximo presidente de Estados Unidos, que asumirá el cargo el 20 de enero próximo, le espera desde hoy la tarea de cumplir las enormes expectativas que ha levantado en su país.

El candidato demócrata, un abogado de Harvard de 47 años, hijo de una mujer blanca de Kansas y un hombre negro de Kenia, rompió el legado de la esclavitud y abrió de par en par las puertas de la Casa Blanca para aquellos que hasta hace cincuenta años viajaban en la parte de atrás del autobús y utilizaban baños separados. De ahí las lágrimas que derramaba ayer el reverendo Jesse Jackson, llorando como un niño entre la multitud, pese a que sus diferencias con Obama han sido muy marcadas durante la campaña.

También había lágrimas en Arizona, donde a la número dos de John McCain, Sarah Palin, se le enrojecieron los ojos mientras su jefe aceptaba públicamente la derrota y le agradecía el servicio prestado. “Hemos llegado al final del viaje”, admitió McCain sin cortapisas. “El pueblo americano ha hablado, y lo ha hecho con claridad”. Obama se apuntó todos los estados clave que estaban en juego: Ohio, Florida, Pensilvania, New Hampshire, Carolina del Norte, Colorado… Y un gran bastion republicano, Virginia, con cuya caída la CNN cantó el ganador a las 11 de la noche, hora local, convencida de que esa era ya una debacle a la que era imposible darle la vuelta. Virginia ha sido republicano durante 40 años, y ni siquiera Bill Clinton, que era de Arakansas, consiguió apuntárselo.

Además, el político afroamericano se ha impuesto, entre otros, en Wisconsin, Nueva Jersey, Connecticut, Delaware, Maine, Vermont, Maryland, Massachusetts, Nueva York, Michigan, Minnesota, Nuevo México, Rhode Island, el Distrito de Columbia, Iowa, Virginia y el estado de Illinois, por donde es senador. Ha superado con creces la 'cifra mágica' de 270 votos electorales necesarios para garantizarse la Presidencia. A falta de que el escrutino se cierre, suma 338 delegados frente a los 163 del aspirante republicano: un 52% del voto popular, frente al 47% de su rival.

Hasta ahora, ningún demócrata había llegado a la Casa Blanca con un mandato popular superior al 50% desde la presidencia de Jimmy Carter (1977-1981).

McCain conserva los bastiones republicanos del sur

McCain aguantó con dignidad el resto de los bastiones republicanos del sur, donde ni siquiera la masiva participación de los africanoamericanos permitió a los democratas abrir brecha en sitios como Georgia o Carolina del Sur, donde se habían hecho ilusiones.

Nadie duda de que el racismo fue uno de los motivos por los que logró mantenerlos, pero si algo no quería McCain era pasar a la historia como un candidato racista. Por eso sus primeras palabras fueron también para reconocer “el significado especial que tiene para los africanoamericanos”.

El héroe de Vietnam recuperó el aire de nobleza que había perdido en la recta final al manifestar el respeto que siente por un candidato “que ha ganado inspirando la esperanza en tantos hombres de EEUU que creían tener poco que ver con el proceso electoral”. Se quitó el sombrero y le ofreció trabajar juntos. “Es lógico que hoy nos sintamos decepcionados, pero mañana debemos unirnos para sacar adelante al país”, dijo a sus seguidores. “El fracaso es mío, no vuestro”.

El momento "decisivo" del cambio

Convertido en presidente virtual del país, las amenazas que Obama ha recibido por centenares durante la campaña cobraron un nuevo grado de inminencia. Dos enormes mamparas antibalas casi invisibles a cada lado del podium desde el que dio su discurso le protegían de los posibles francontiradores que pudiera haber en los rascacielos que rodean el Parque Grant.

Desde ese estrado sobrio, el presidente electo reconoció que "habrá dificultades porque no todos estarán de acuerdo con las decisiones que adopte como presidente. Os voy a escuchar, sobre todo, cuando no estemos de acuerdo". Constantemente interrmpudo por los aplausos, Obama dijo al país que "tenemos un destino compartido. Aquellos que han querido destruir el mundo, os derrotaremos, a los que buscan la paz y la seguridad, os vamos a apoyar".

"América ha enviado un mensaje al mundo. El cambio ha llegado en un momento decisivo", apuntó emocionado. "He recibido una llamada estupenda del senador McCain, que ha sacrificado mucho más de lo que podemos imagina por América. Nos encontramos mucho mejor por la labor de personas como él". No faltó el agradecimiento a a todos sus familiares, especialmente a su mujer y sus hijas, y a sus colaboradores, y un recuerdo a su abuela blanca, fallecida en la víspera de la cita electoral. Del futuro, con un discurso optimista y patriótico, aseguró que "tenemos dos guerras que librar, una financiera y otra en el exterior, pero nunca he tenido tantas esperanzas como esta noche".

Además de la celebración en Chicago, miles de personas se han concentrado frente a la Casa Blanca, en Washington. En Nueva York los simpatizantes de Obama se han echado a la calle, lo mismo que en otros muchos estados. La alegría ha llegado hasta el continente africano: los familiares keniatas del presidente electo lo han celebrado. Como en Madrid y Barcelona, que han acogido la fiesta de quienes han visto cumplido el "sueño americano".

Las reacciones también se han sucedido: el todavía presidente Bush ha sido de los primeros en felicitar al ganador y de invitarle a que, junto a su mujer, visiten la Casa Blanca. Desde México a Alemania las valoraciones no han faltado. En España, el PSOE y el PP han mostrado su confianza en que las relaciones con Estados Unidos se refuercen, algo en lo que también confía el embajador norteamericano. El presidente Zapatero ha enviado un telegrama al candidato demócrata a la Casa Blanca en el que le asegura que su victoria abre ahora "un camino de esperanza y de confianza para el mundo en momentos de dificultad e incertidumbre".