Editorial

Tráfico y garantías

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El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, presentó ayer la campaña divulgativa sobre los cambios de las normas de circulación que regirán con la entrada en vigor, el día 25, de la nueva ley del Tráfico, ultimada en noviembre. Y, como ya se señaló al término de su tramitación parlamentaria, la reglamentación aprobada presenta aspectos positivos y otros inquietantes. Entre los primeros, es patente el afán del legislador de acomodar las sanciones al riesgo que generan las infracciones, tipificando nuevas conductas punibles -la programación del GPS, por ejemplo-, eliminando la pérdida de puntos en infracciones no peligrosas -aparcar en el carril bus-, etc. Además, se revisa la cuantía de las multas y se premia el pronto pago con un descuento del 50% de la sanción. Es inquietante en cambio la desaparición de buena parte de las garantías procesales existentes en la tramitación de las sanciones con el pretexto de acelerar y abreviar el procedimiento, como han señalado algunas asociaciones de automovilistas. Así, la merma de seguridad jurídica puede empañar una reforma del control del tráfico que, basada en el carné por puntos, ha dado frutos indudables y ha reducido en poco tiempo la proverbial siniestralidad española a menos de la mitad.