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Kirk Douglas cuenta cómo se rebeló contra la caza de brujas

El actor y productor de 'Espartaco' incluyó al guionista Dalton Trumbo en los títulos de crédito de la película, con lo que rompió un tabú

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La historia de la película 'Espartaco' comienza en 1947, cuando el Comité de Actividades Antiamericanas promovido por el senador Joseph McCarthy interrogó al guionista mejor pagado de Hollywood, Dalton Trumbo. Querían que delatase a quienes tuviesen relación con el Partido Comunista de Estados Unidos, al que él pertenecía. Pero no lo hizo y pagó las consecuencias: once meses de prisión y un puesto muy señalado en las listas negras, aquéllas que tenían los estudios para rechazar a las personas condenadas por el comité o sospechosas de tener lazos con los comunistas.

Los estudios no siempre hicieron caso al cien por cien de esta prohibición. Querían buenas películas y necesitaban a los mejores guionistas. Así que les contrataban con un salario muy por debajo de su caché y no les incluían en los créditos. Trumbo ganó dos Oscar sin que públicamente se le reconociera ninguna de ellos hasta muchos años después. El primero por 'Vacaciones en Roma', cuyo guión firmó otro profesional, y el segundo por 'El bravo', que apareció con uno de los seudónimos que solía utilizar. Kirk Douglas, actor y productor de 'Espartaco', fue el primero en romper el tabú al incluirlo con su nombre como guionista en la película. Según cuenta Douglas, de 97 años, con este gesto acabó con las listas negras ya que posteriormente la mayoría de los productores se atrevió a hacer lo mismo. El célebre actor cuenta cómo ocurrieron estos hechos en el libro 'Yo soy Espartaco', publicado en inglés en 2012 y que acaba de salir en español (editorial Capitán Swing, con un prólogo de George Clooney).

Pero no todos están de acuerdo sobre los extremos de esta versión en la que Kirk Douglas se coloca en el centro de toda la historia. Así, en prestigiosas publicaciones como 'LA Review of Books' y 'The Atlantic' le han propinado un tirón de orejas a este venerable actor nonagenario por lo que consideran excesivo egocentrismo.