La herencia de papá

Qué suerte tienen algunos personajes de este país con las herencias de papá. Todavía recuerdo la difusión que se dio en la prensa a la herencia del papá del actual presidente de la Generalitat, Artur Mas, allá por la década de los 80. No sabemos si por olvido o despiste, el bueno de don Mas Barnet, el padre del president, tenía dinerillo sin declarar en paraísos fiscales, hasta que la Agencia Tributaria descubrió el despiste. Algo parecido ocurre ahora con Pujol, en este caso también tiene su justificación: es producto de la herencia de papá. Quizás la falta de tiempo puede haber sido la causa de no poner en claro el dinerillo betunero depositado en paraísos fiscales. No ocurre lo mismo con el niño de Pujol. Según su exnovia y la prensa, hacía viajes a Andorra con la mochila cargada hasta las cartolas con billetes de color morado que no eran precisamente de la herencia del abuelo. «Cuando adviertas que para producir necesitas la autorización de quienes no producen nada; cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias y que las leyes no te protegen contra ellos sino que son ellos los que están protegidos; cuando descubras que la corrupción es recompensada entonces podrás afirmar que tu sociedad está condenada».