Rubalcaba, en la rueda de prensa en la que, el viernes pasado, hizo balance del año. :: S. BARRENECHEA / EFE
ESPAÑA

Las europeas condicionan el liderazgo del PSOE

La fecha quedará resuelta el 18 de enero pero los aspirantes se enfrentan al dilema de dividir al partido en vísperas de una batalla crucial con el PP Rubalcaba responde con evasivas a quien pregunta por las primarias

MADRID. Actualizado: Guardar
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El PSOE resolverá en apenas veinte días uno de los más recurrentes e intensos debates internos de los últimos meses: la fecha en la que por fin estrenará la fórmula de las primarias abiertas para elegir a su candidato a las elecciones generales de 2015. Ya no parece haber gran discusión. Las miradas están puestas en el próximo otoño y la duda se centra en la conveniencia de que la cita tenga lugar antes o después de los procesos en los que deben ser seleccionados los aspirantes a las presidencias de los gobiernos autonómicos. El 18 de enero el Comité Federal del partido, previamente 'cocinado' entre Alfredo Pérez Rubalcaba y los barones, resolverá la cuestión, pero el salto a la pista de los contendientes aún puede tardar.

«Antes de las europeas -dice un veterano con experiencia en asuntos orgánicos- no creo que se mueva nadie». No es una opinión aislada. Rubalcaba no ha revelado aún sus intenciones. Nadie se atreve a afirmar que no quiera ser cabeza de cartel, pero muchos deducen de sus evasivas que no va a tener ninguna prisa en tomar una decisión. Entre otras cosas, dicen, porque su posición, ante los cuadros de la formación y ante los simpatizantes dispuestos a participar en un proceso de primarias, no será la misma si el 25 de mayo el PSOE aparece como ganador de las elecciones al Parlamento Europeo, algo que consideran perfectamente posible.

Quienes defendían -como el líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez- que lo mejor era despejar las dudas sobre el liderazgo interno antes de una cita electoral clave para colocarse bien de cara a las municipales y a las legislativas, han perdido también esa batalla. Hasta ahora, pese a su debilidad, la dirección del partido ha conseguido imponer a trancas y barrancas sus tiempos. Y ahora el campo de juego está condicionado porque a cada aspirante le corresponde medir su propia oportunidad, pero quien se lance primero corre el riesgo de ser acusado de sembrar la división interna a las puertas de esos trascendentales comicios.

Algo así le ha ocurrido a Patxi López. El líder de los socialistas vascos -cuya voluntad de liderar el PSOE nadie duda- está organizando un ambicioso ciclo de conferencias sobre las respuestas de la socialdemocracia a los problemas de la sociedad de hoy. Un movimiento que ya ha tenido interpretaciones en clave de campaña.

La convocatoria tendrá lugar entre el 23 de enero y principios de febrero en las tres capitales de provincia, Bilbao, Vitoria y San Sebastián y está previsto que en él participe la plana mayor de la formación, el propio Rubalcaba, Felipe González, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz; el de Asturias, Javier Fernández; el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page o incluso el presidente de la Eurocámara, Martin Schultz. «Quizá no tuviera esa intención pero Patxi tiene que ser consciente de que todo lo que haga se va a leer como un intento de promocionarse y sacar ventaja», dice un miembro de la ejecutiva federal.

Agazapados

El resto de posibles contendientes siguen agazapados. Carme Chacón, que seguirá en Miami hasta que acabe el curso académico no ha lanzado aún señal alguna y está asumido que no se moverá si tiene que competir con el secretario general del grupo parlamentario, Eduardo Madina. Pero lo cierto es que, muchos de los que conocen de cerca al diputado vasco, expresan con insistencia sus dudas de que realmente vaya a tirarse a la piscina. «Y eso -dicen- que tiene una plataforma que no tiene nadie». En 2012, cuando ya eran legión quienes lo jaleban como futuro líder rehusó luchar por la secretaría general del partido porque creyó que semejante responsabilidad debía recaer en manos más curtidas que las suyas. Desde entonces no ha parado de formarse, pero se le critica por no sacar partido a un cargo que podría ser de relumbrón; algo que, para algunos, denota debilidad de carácter.

Chacón, pues, vuelve a estar en boca de ciertos dirigentes que ya se decantaron por ella en el Congreso de Sevilla -e incluso en la de otros que en su día contribuyeron, desde las mismísimas calderas del poder socialista, a la candidatura de Rubalcaba- como opción deseable. Su condición de catalana claramente opuesta al independentismo emerge una vez más como argumento en un momento en el que el debate territorial tiene en jaque al Estado.

En círculos menos extendidos, aparecen otros nombres. El líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, ha hecho de la oposición interna a Rubalcaba una de sus señas de identidad y no es del todo descartable que busque, llegado el momento, un cuerpo a cuerpo. Pero, además, no falta quien está dispuesto a promocionar a diputados que rondan los cuarenta o cuarenta y pocos años como el portavoz en la comisión para la UE, Juan Moscoso, o el diputado por Madrid Pedro Sánchez, desconocido para el gran público pero responsable de mucho trabajo entre bambalinas tanto de la actual dirección del PSOE como de la anterior.