Los componentes del Coro 'Solera y Compás' dieron el do de pecho encima del escenario.
Sociedad

Una zambomba de solera y compás

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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También los jerezanos establecen alianzas de cara al disfrute. Al ocio, al asueto, al coleto. Las Navidades constituyen un modo castizo y luminoso de expresar todos los inmateriales soportes de la alegría. Desde un punto de vista incluso consuetudinario Jerez posee la expresión cantada de su gozo navideño: la zambomba. De su primigenio nacimiento en los patios de vecinos a la eclosión de una variedad ilimitada, la zambomba ha cobrado vida propia en una galería de residencias y fondos y formas cuyas convocatorias siempre atraen sobremanera al respetable público. Techadas o al aire libre, en horario de mediodía o de tarde noche, flamencas o no tanto, poco importa el estilo si la esencia prevalece por encima de cualquier otra suerte de aditamentos. Sería harto complicado condensar en esta página el resumen de cuantas han renovado el cancionero de los villancicos jerezanos durante las últimas semanas. La lista se presume casi inabarcable. Pero como muestra cosamos el botón de un ejemplo ilustrativo. Pongamos que nos referimos a la zambomba organizada conjuntamente por el Grupo Romero Caballero y la Federación Provincial de Peñas Flamencas de Cádiz. La cita tuvo lugar en la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre y contó con un animadísimo concurso de villancicos que aupó en los primeros puestos a los coros 'Solera y Compás', 'Peña Pepe Alconchel' y 'El Coro de la Abuela María'. El resto fue coser y cantar. Un ambiente de excepción para renovar y revalidar la tradición al jerezano modo. Una zambomba de las denominadas de mediodía que inclusive combatió las inclemencias meteorológicas en una nunca menguada asistencia de público. Allí sonaron las calles de San Francisco y las palmas por bulerías.