ANTICIPACIÓN Y DIÁLOGO

El entusiasmo provocado por el batacazo sufrido por Artur Mas será efímero. Acabará bajando de nivel, como ocurre con el soufflé. Muchos de los que hoy se frotan las manos olvidan que la partida soberanista la ha ganado Esquerra Republicana y que las dificultades que tendrá CiU para gobernar de forma estable enredarán muchos las cosas.

El presidente en funciones ha asumido que las urnas le han frenado su particular proceso soberanista. Pero que nadie se llame a engaño. El revolcón electoral de Convergència, con pérdida de doce escaños, no ha supuesto una reducción de la presencia secesionista en el Parlamento de Cataluña, y lo que no puedan hacer unos, lo harán otros. En política también funciona con eficacia la teoría de los vasos comunicantes. Si no, al tiempo.

Esquerra Republicana, pero no solo, seguirá manteniendo la tensión en torno a esa utopía de la secesión. Además, lo harán otras muchas plataformas ciudadanas, como la Agrupación de Alcaldes por la Independencia de Cataluña. Este colectivo que reúne a ayuntamientos en cuyo término municipal reside casi el 40% de la población se propone celebrar antes de dos años una consulta en todos los municipios catalanes, sobre la base del padrón. Aunque el resultado será indicativo, la iniciativa les puede resultar eficaz.

Así, el balance de las elecciones del domingo demuestra que mejor le hubiera ido a Artur Mas no haber llamado a los ciudadanos a las urnas, ahorrándose hacer trizas la legislatura. La foto fija que ofrecen las papeletas debería servir de acicate para que los grandes partidos estatales tomen la iniciativa y comiencen a estudiar ya una posible reforma de la Constitución.

La política de verlas venir y esperar a que 'los catalanes se bajen del burro' debería ser sustituida por la de la anticipación y el diálogo. A los grandes partidos estatales les correspondería dar el primer paso. ¿No es mejor que Cataluña disponga de un nuevo marco constitucional en el que sentirse cómoda a que todo acabe como el rosario de la aurora?