ESPAÑA

Rajoy no pedirá el rescate en 2012 pero deja la puerta abierta a solicitarlo más adelante

El Gobierno y el PSOE abren una vía para pactar reformas legales que frenen la ola de desahucios provocada por la crisis

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«A veces no hay decisión más difícil que no tomar una decisión». Con esta frase, Mariano Rajoy glosó ayer en el Congreso la dura batalla que libra en su fuero interno sobre si debe pedir o no a la Unión Europea el rescate de la economía española.

La comparecencia del presidente del Gobierno en el Congreso, la primera en mes y medio, para informar sobre el Consejo Europeo celebrado el 18 y el 19 de junio, sirvió para constatar la inquietud que la posible petición de ayuda a Bruselas genera entre todos los grupos parlamentarios.

Fuentes del Gobierno aseguraron que Rajoy ya ha descartado pedir el rescate en los dos meses que restan para finalizar el año. Una decisión motivada por las actuales cotas de la prima de riesgo que, aunque elevadas, no se encuentran en los estratosféricos niveles del verano pasado. Además, el Ejecutivo destaca que España ya ha colocado alrededor del 96% de la deuda que tenía previsto emitir a medio y corto plazo este año, es decir, que su exposición a los mercados será mínima. Un paso firme que el propio Mariano Rajoy dulcificó desde la tribuna del Congreso.

«A mí nadie me habrá oído decir nunca que yo renuncio a utilizar este instrumento», indicó en un mensaje claro al exterior para evitar turbulencias. El mecanismo que permite al Banco Central Europeo comprar deuda soberana a los países de la Unión Europea con problemas de financiación se ha convertido en una especie de corta fuegos contra los especuladores. Por ello, según el presidente español, es muy bueno que «esté ahí».

Rajoy, en su primera intervención de la mañana ante el pleno del Congreso, eludió la cuestión del rescate, pero el resto de portavoces parlamentarios sacó a colación este debate. Muy irónico se mostró Alfredo Pérez Rubalcaba. Dijo creer a Rajoy cuando aseguró en Bruselas que ningún presidente europeo le había interpelado sobre si reclamaría o no este auxilio financiero, «pero en cuanto usted sale de la habitación, todos hablan del rescate de España», apostilló el secretario general del PSOE.

El presidente del Gobierno, durante su réplica, aclaró que si el año que viene considera que el rescate «es bueno para los intereses de los españoles no tengan dudas de que lo solicitaré».

Rajoy, por lo tanto, avanza una casilla, aunque sin abandonar la ambigüedad sobre el desenlace final. Una estrategia que, de momento, contenta a los inversores.

La oposición, sin embargo, le reclamó más concreción. Rubalcaba auguró que el auxilio financiero de Bruselas acarrearía nuevos ajustes impuestos por Bruselas que afectarían a las pensiones y a la prestación por desempleo.

Meollo

El rescate se convirtió en el meollo de un debate que debió girar sobre si los acuerdos del último consejo benefician a España. Rajoy se mostró «moderadamente satisfecho» con los avances en la unión bancaria y en general y, en la recapitalización de los bancos, en particular.

Rubalcaba refutó este diagnóstico, al igual que el resto de portavoces de la oposición. Fue, a su juicio, un mal consejo para España porque como consecuencia de la lentitud en la toma de decisiones de Bruselas, los 40.000 millones de euros del rescate de los bancos españoles computarán como deuda de España. El líder socialista reprochó al presidente del Gobierno que haya restado importancia a este hecho al afirmar que no era tan grave para los intereses del país, porque los 40.000 millones de la recapitalización de la banca tan solo equivalían a cuatro puntos de nuestro Producto Interior Bruto. «Sí importa -enfatizó Rubalcaba- porque los intereses de esos 40.000 millones serán 2.000 millones anuales, que es cuatro veces más de lo que ustedes esperan recaudar por el copago farmacéutico».

El líder del PSOE, además, reclamó a Rajoy que apoye su propuesta para lograr una moratoria en los desahucios de aquellos ciudadanos que no pueden hacer frente a la hipoteca de su vivienda a causa de la crisis y que, según ha vaticinado, serán muchos más en el futuro. El presidente, que reconoció que «estamos viendo hechos verdaderamente dramáticos», respondió que no descarta adoptar nuevas medidas para evitar que se sigan produciendo desahucios y se comprometió a estar «muy atento» a las propuestas que plantee el PSOE.