«La situación es dramática»

Medio centenar de familias afectadas por los desahucios, que están acampadas frente a una sede de Bankia en Madrid, recibieron ayer el compromiso de la entidad bancaria de que va a estudiar sus expedientes.

Han tenido que pasar nueve días en la plaza de Celenque para llevarse una buena noticia. Y aunque no es un paso definitivo para arreglar su dramática situación, sí es un espaldarazo a su protesta, que incluye acciones como 'ocupaciones' pacíficas de sucursales como medida de presión, tal y como ocurrió ayer en una entidad en la calle Gran Vía.

La portavoz de la plataforma de afectados por la hipoteca, Tatiana Roeva, aseguró que solo piden «una solución para las familias deudoras de buena fe», ya que, de lo contrario, «se quedarán en la calle con una deuda que jamás podrán pagar». Para ello proponen la cancelación de sus hipotecas a cambio de la dación en pago o un alquiler social.

El caso de Carlos Sedano es un ejemplo. Madrileño de Pinto, lleva dos noches acampado en Celenque porque su hija y su yerno, ambos en paro, no tienen medios para seguir pagando su hipoteca. Él tampoco trabaja, ni su mujer, por lo que la única solución es negociar con la entidad. «Están al borde de dejar de pagar. Solo entran 680 euros en su casa y pagan 700 de hipoteca. La situación es dramática y mientras los parlamentarios siguen sin arrimar el hombro», se queja.

Horas más tarde, cinco furgonetas de los antidisturbios llegaron a la plaza de Celenque, próxima a la Puerta de Sol. Los agentes ordenaron retirar las carpas que habían levantado los acampados para protegerse del frío. Algunos incluso fueron identificados. No obstante, aseguraron que continuarán allí hasta que no se paralice el desahucio.