Chacón aplaude durante la sesión de control. :: J. C. HIDALGO / EFE
ESPAÑA

Carme Chacón mantiene vivas sus aspiraciones en el PSOE

La diputada catalana irrumpe en plena crisis del partido con discurso propio y se desmarca de las tesis del PSC

MADRID. Actualizado: Guardar
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Ni un solo día ha podido sustraerse el PSOE a sus cuitas internas desde las elecciones gallegas y vascas. Justo cuando José Antonio Griñán parecía haber optado por la prudencia, Carme Chacón ha decidido dar un paso al frente y le ha tomado el relevo. La adversaria de Alfredo Pérez Rubalcaba en el 38º Congreso del PSOE abandonó ayer la discreción que se había autoimpuesto en los últimos meses y, con una llamativa ofensiva mediática, ha vuelto a herir las susceptibilidades de la actual ejecutiva del partido.

La exministra de Defensa asegura que su vuelta al ruedo -entrevistas en los dos diarios de ámbito nacional con mayor tirada y en el programa matinal de la televisión con mayor audiencia, Telecinco- obedece simplemente a la gravedad de la situación política por la que atraviesa su comunidad autónoma. «Hablo porque creo que el momento que vive Cataluña requiere de todas las voces», argumentó en el 'Programa de Ana Rosa'.

Lo cierto es que ningún otro diputado raso (Chacón no ocupa ahora cargos de responsabilidad) tiene a su disposición semejantes plataformas. Y no deja de ser significativo que, para llegar al electorado del PSC al que, supuestamente, pretendía dirigirse, optara por medios españoles generalistas y no por otros que poseen un mayor impacto en la conformación de la opinión pública catalana.

En los últimos días, además, la política catalana ha tanteado a algunos de quienes le apoyaron en el congreso de Sevilla para saber cómo verían que vuelva a intentar concurrir a unas elecciones primarias. Según fuentes conocedoras de algunas de esas conversaciones, no falta quien le previene de que en este momento su condición de catalana le perjudica; una advertencia que aún no le habría hecho desistir por completo de su idea. Por si acaso, ella evitó cerrarse ninguna puerta.

Ni se descartó como candidata ni quiso responder a la pregunta de si apoyaría otra alternativa a Rubalcaba que no fuera la suya propia. «Cuando lleguemos a ese río, cruzaremos ese puente», se limitó a replicar, parafraseando expresamente a su amigo y actual azote interno del secretario general, José Antonio Griñán. No fue, cabe decir, la única exhibición de complicidad con el presidente de la Junta de Andalucía y líder de la federación más poderosa del PSOE.

Sus comparecencias, además, son un contrapeso al efecto negativo que sobre su imagen en el conjunto de España pueda tener el debate soberanista catalán; aunque para ello tenga que hacer un equilibrio difícil entre la posición del PSC, que defiende el derecho de autodeterminación, y el 'no' rotundo del PSOE a una reforma constitucional que lo avale.

Roto al PSC

Como los socialistas de Cataluña, Chacón dice 'sí' a la reforma constitucional y 'no' a la independencia, pero a continuación añade: «No quiero que nadie me obligue a decidir si soy solo catalana, española o europea». Una afirmación que suena como un rechazo sin paliativos a la celebración del referéndum independentista por el que apuesta el PSC en su programa electoral.

Su posición abre un roto al primer secretario del PSC, Pere Navarro, en plena campaña para las elecciones del 25 de noviembre. Y de hecho, este se vio forzado a recordarle primero que su programa fue aprobado «casi por unanimidad» (hubo un voto en contra y cuatro abstenciones) y a matizar después que Chacón le había asegurado compartir sus criterios, es decir, que está de acuerdo con celebrar una consulta sobre la independencia, previa reforma de la Carta Magna.

«Es la posición del PSC -advirtió-; ella es diputada de Barcelona y miembro destacada de la formación y es evidente que lo que tiene que hacer es explicarla».

Malestar, pues, en el PSC y malestar en el PSOE. Carme Chacón evitó verter la más mínima crítica a la actuación de Rubalcaba, con el que, según dijo y como confirman fuentes cercanas al secretario general, ha hablado «cara a cara». En Ferraz aseguran que tienen poco que temer, pero no niegan su enfado por una actuación que, a su juicio, busca generar imagen de debilidad interna.