ESPAÑA

Cordón estuvo cautivo a 100 metros de un cuartel de la Gendarmería

La Fiscalía recurrirá la decisión del juez Gómez Bermúdez de dejar en libertad a dos de los detenidos por el rapto del empresario

LYON. Actualizado: Guardar
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Los miembros de la banda terrorista GRAPO se han caracterizado por llevar a cabo acciones desesperadas y poco planificadas. Su fanatismo no ha tenido límites y su facilidad para tirar de gatillo tampoco. Quizás esa forma de pensar les llevó a no tener ningún empacho a alquilar al lado de una comisaría de policía una casa para mantener a un secuestrado. Así lo hicieron los captores de Publio Cordón. José Antonio Ramón Teijelo y Victoria Gómez Méndez, históricos de la banda y recién detenidos por el secuestro, fueron los encargados de elegir el lugar para mantener cautivo al empresario aragonés mientras negociaban un rescate por su vida. Los dos terroristas eligieron un barrio residencial, de clase media-alta, para ocultarlo. La Guardia Civil investigó mil casas hasta dar con la 'buena' y resulta que cuando la encontró, estaba a menos de cien metros de un cuartel de la gendarmería francesa. El hallazgo se produjo el jueves y con el arresto de tres históricos miembros de la banda, dos de los cuales ya en la calle, aunque la Fiscalía anunció ayer que va a recurrir el auto del juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez en el que acordó dejar en libertad bajo fianza a Manuela Ontanilla Galán y Vicente Sarasa Cecilio.

Es más, desde el chalé de la rue de la Batterie se ven perfectamente las instalaciones de las fuerzas de seguridad, valladas y con una garita a la entrada, en las que, en un día como el de ayer, había más de una docena de coches policiales estacionados. «Es el cuartel Raby, un servicio de la dirección regional administrativa, donde se emplaza también la agrupación de gendarmería móvil de Lyon. Aquí no están las fuerzas que intervienen directamente cuando ocurre algo», comentaron, como a modo de disculpa, varios vecinos.

Pese a la cercana presencia del cuartel y el revuelo montado por la prensa, ayer ninguna fuerza policial se acercó hasta la vivienda donde estuvo retenido Cordón. De hecho, los vecinos de las casas aledañas señalaron que ni siquiera se dieron cuenta de que hace unas semanas acudieron agentes para registrar el hogar de la señora Antoine Martinez, la dueña de la casa que firmó el contrato de arrendamiento con los terroristas.

La noticia del hallazgo ha convulsionado la vida de esta pacífica barriada, en la que la mayor parte de sus habitantes no habían oído hasta ahora hablar de los GRAPO. «Mañana (por hoy) solo espero que todo vuelva a la normalidad. Aquí vive gente de cierta edad y está un poco asustada por todo el revuelo que se ha montado», señalaba Jeanne, una vecina de la calle.

Uno se pregunta si podría llegar a la rue de la Batterie de Bron, una ciudad de 40.000 habitantes que se encuentra en el extra radio de Lyon, sin la ayuda del GPS. Después de un sinfín de requiebros por callejuelas estrechas repletas de casas bajas, el itinerario que marca el sistema de navegación conduce a una calle de poco más de medio centenar de números. El objetivo es el 5, una coqueta casa que se encuentra prácticamente escondida. La presencia de los cámaras de televisión y periodistas apostados a la entrada no deja lugar a dudas. Nada lleva a imaginar que tras ese cuidado jardín, que durante parte de la mañana riega y poda un hombre, el empresario aragonés vivió un auténtico calvario.

En esta calle los secuestradores de Cordón encontraron el lugar perfecto para pasar desapercibidos: el hogar de Antoine Martinez, la propietaria de la vivienda donde sufrió y probablemente murió el empresario aragonés. «No puedo contar más de lo que le he dicho ya a la policía. Estoy muy nerviosa por todo lo ocurrido. No sé nada más de lo que expliqué a los investigadores cuando estuvieron aquí», zanjó.