MUNDO

Beppe Grillo irrumpe en el vacío de Italia

La caída de Berlusconi ha dejado un gran espacio a la derecha, al que se asoma con muy medidos pasos el presidente de Ferrari El triunfo del cómico y autor de uno de los blogs más leídos del mundo asusta a los grandes partidos

ROMA. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El derrumbe definitivo de veinte años de 'berlusconismo', el ocaso de la llamada Segunda República italiana, nacida tras el colapso por corrupción de los partidos tradicionales, está creando un vacío político gigantesco en Italia. El Gobierno técnico de Mario Monti es solo un piloto automático de un año y pico para sobrevivir a la emergencia, que solapa una debacle general. Los grandes partidos han cavado su tumba con su histórico sentido de la irresponsabilidad. De ellos se esperaba que, en un momento de trágica crisis y mientras Monti salvaba los muebles, hicieran unas pocas cosas imprescindibles: un sistema electoral decente, reducir los parlamentarios, acabar con el bicameralismo perfecto y abolir sus privilegios y su escandalosa financiación. No han hecho nada, claro. En la primavera de 2013 habrá elecciones generales y son un absoluto misterio, con la gente muy harta y un riesgo de ingobernabilidad al estilo griego.

Los movimientos para ocupar los espacios vacíos, como ocurrió en 1993 cuando apareció en escena Silvio Berlusconi, son de lo más interesante, y el más listo hasta ahora es alguien que, salvando las distancias, hasta se le parece, por presentarse como 'outsider' ajeno a la política y con una formidable operación mediática. Es un fenómeno llamado Beppe Grillo, el cómico cabreado que fustiga desde hace años a los partidos tradicionales y es el impulsor del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), que acaba de triunfar en las municipales del pasado fin de semana. El M5S llegó al 10% de los votos y, según algunos sondeos, sería la segunda fuerza política, tras el Partido Demócrata (PD), si las generales se celebraran ahora.

En cuanto al centroderecha, se ha hundido en la miseria. La Liga Norte parece acabada por los escándalos de la familia Bossi y el partido de Berlusconi está al borde de la implosión. Y el experimento centrista del Terzo Polo, que quería ser decisivo en las alianzas, se ha dado por desaparecido. Están todos muy asustados.

Grillo es visto como un peligroso enemigo del sistema, y en eso los políticos tienen razón, pues aspira a enviarles a todos a su casa, en el mejor de los casos. Una de sus iniciativas más célebres fue en 2007 el 'Vaffanculo Day', en el que congregó a la gente en las plazas de Italia para mandar 'a tomar por culo' a los políticos. Su mensaje es muy simple: la clase dirigente está formada por vejestorios vividores, corruptos y chorizos que deben ser jubilados o encarcelados. Es un análisis con el que coinciden la mayoría de los ciudadanos.

Este cómico genovés de 63 años fue de los primeros en intuir el poder de Internet al abrir en 2005 un blog que es uno de los diez más leídos del mundo. Ha crecido al margen del sistema de medios tradicional, que evita y desprecia, y recorre Italia con sus espectáculos llenando plazas y pabellones. Sin ideología precisa, solo para que el país funcione, con atención a la participación popular y a la ecología.

No se salva nadie

Lo que era puro desahogo, traducido a veces en eficaces denuncias de consumo, como la que llevó a la UE a retirar un impuesto a las compañías de móviles italianas, comenzó a organizarse. Había mucho de 'antiberlusconismo' y parecía que esta energía debía confluir en la izquierda, pero ese área y el PD también han sido decepcionantes. Todos son 'la Casta', apodo que dio a los políticos un libro superventas de 2007 que describía su vida de escándalo.

Llegó la hora de entrar en política, pero Grillo era muy cauteloso. Como sucedió luego a los 'indignados', quería cambiar las cosas pero odiaba tener que entrar en el circo que criticaba. La fórmula fueron listas ciudadanas autónomas a las que él daba el aval de su nombre, dentro de una cierta idea de pureza que es su fuerza y su flanco más vulnerable. Va un poco de gurú, impartiendo certificados de autenticidad, y cada vez es más autoritario. Da consignas a sus candidatos y les prohíbe aparecer en televisión.

Pero él no se presenta y tiene una buena coartada, aunque incómoda: en 1988 fue condenado por homicidio por un accidente en el que murieron un matrimonio y su hijo de ocho años, que viajaban con él en su coche. Grillo se salvó de milagro al saltar en marcha. Una de sus batallas es que nadie con antecedentes pise el Parlamento, y eso le coloca automáticamente fuera.

El experimento político arrancó en 2009 y ha cuajado este año. El símbolo es la Alcaldía de Parma, su primer logro importante, aunque es un caso muy particular porque la ciudad ha sido saqueada con un agujero de 500 millones por una corporación corrupta del centroderecha. El vencedor, Federico Pizzarotti, es un empleado de banca de 39 años y solo se ha gastado 6.000 euros en su campaña. El movimiento ha conseguido otros tres municipios. Media de edad, 32 años. Si es verdad que Grillo tiene un punto populista, histriónico, con una verborrea poco articulada, sus chicos son todo lo contrario. Serios, currantes, anónimos, aspiran a sanear la vida pública y hacer una gestión transparente.

No obstante, no hay que perder de vista un dato para calibrar bien este ascenso. La abstención en algunos lugares fue de hasta el 60% y los estudios dicen que la mayoría del electorado de centroderecha se quedó en casa. Es decir, es en la derecha donde está el filón y la historia dice que es el bueno, porque en Italia siempre que las fuerzas conservadoras estaban unidas han ganado.

La gran cuestión es quién va a robar el pastel a Berlusconi y todas las miradas se dirigen a Luca Cordero di Montezemolo, de 64 años, presidente de Ferrari y modelo de empresario triunfador. Desde hace una década anda diciendo entre bastidores que está pensando entrar en política. Pero temía que le saliera mal, no encontraba el hueco y no osaba competir con 'Il Cavaliere'. Hace tres años por fin hizo algo, una fundación llamada Italia Futura, un 'think tank' que cuenta ya con 50.000 inscritos. El objetivo es dar a Italia una derecha civilizada. El momento parece el bueno. Pero el eterno candidato sigue mareando la perdiz.