SOMOS DOSCIENTOS MIL

JEREZ POR DESCUBRIR

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Uno de los grandes atractivos que, para este columnista, tiene la Semana Santa, es la posibilidad de pasear por calles del casco histórico de nuestra ciudad a las que, durante el resto del año, normalmente no se acude, y si se hace, es en coche y pasando prácticamente de largo. En concreto este Miércoles Santo, tras deleitarme con la salida de la Hermandad del Prendimiento y su paso por el Arco de Santiago e inicio de calle Ancha, donde las saetas brotaban espontáneamente a pie de calle y desde algunos balcones, me trasladé andando hacia la zona de la Catedral, lo que me permitió recorrer calles por las que no andaba desde hacía años: San Juan, Juana de Dios Lacoste, plaza Belén, plaza Basurto, calle Barranco, o la mismísima y antaño denostada calle Rompechapines.

La conclusión del paseo, coincidente con mis cuatro acompañantes y amigos extranjeros, es que Jerez, cuando se pasea, es una ciudad de auténtico lujo. Es cierto que se echa en falta una importante inyección económica que devuelva su brillo a las grandes casas palaciegas que jalonan nuestro casco histórico. También es cierto que, quizás a causa de la crisis, haría falta un mayor mantenimiento de estas zonas, pues la mayoría de las fachadas están de pena, mientras que muchas de estas calles están prácticamente a oscuras, así como llenas de baches y suciedad.

Sin embargo, a pesar de la penumbra, a pesar de los baches, de la suciedad o del poco mantenimiento, Jerez es una ciudad realmente hermosa que está por descubrir. De ahí que no me haya causado extrañeza que la mayor publicación mundial dedicada a las guías de viaje, la popular 'Lonely Planet', haya escrito un artículo referente a lugares del mundo pendientes por descubrir y, de entre las 10 ciudades propuestas que aparecen en el artículo, se encuentra nuestra ciudad codeándose con otras cómo Trieste en Italia, Arrás en Francia, Gujarat en la India, Chongqing en China, Aberdeen en Escocia, Utrecht en Holanda, Meknes en Marruecos, Helsinki en Finlandia y la ciudad japonesa de Takayama.

Dado que gracias a internet es posible ver fotos y parajes de nuestras competidoras, les animo a que echen un vistazo por google y comprueben que, efectivamente, todas y cada una de estas nueve ciudades son auténticas perlas a las que convendría dedicarles una visita. Afortunadamente, para comprobar la calidad de la décima ciudad por descubrir, Jerez, simplemente nos basta con pasear por sus calles y plazuelas.

Dice el artículo que nuestra ciudad brilla por aspectos tales como la arquitectura a través de sus iglesias, el baile flamenco y, cómo no, la producción del vino de Jerez. Es decir, que aquello que para los jerezanos pasa desapercibido, como es transitar por las puertas de una iglesia, escuchar una saeta al paso de una hermandad, o tomarse una copa de cualquiera de nuestros grandes vinos, visto desde otra óptica convierten a nuestro entrañable pueblo en un objeto de deseo por descubrir.

De hecho no hay muchas ciudades en el mundo que, en tan pocos metros cuadrados, concentre una arquitectura religiosa como tiene Jerez que, sólo entre Santiago y la Catedral, reúne joyas como San Mateo, San Lucas, San Juan o San Dionisio. Tampoco muchas ciudades del mundo se pueden vanagloriar de que su nombre circule mundialmente unido al de un producto como es nuestro vino. Y qué les voy a decir del flamenco. Jerez, no sólo es cuna de grandísimos cantaores y bailaoras, sino que es una ciudad en la que resulta relativamente fácil oír cante flamenco bien entonado por cualquiera de sus rincones.

Se queja la publicación de que los turistas prefieren trasladarse a la vecina Sevilla para disfrutar artificialmente de lo que en Jerez existe en estado puro. Por eso no es extraño que la bienal del flamenco se realice en Sevilla, o que dicha capital acoja una feria sobre el toro, cuando ambas actividades tienen en Jerez su epicentro.

Así que aprovecho este domingo festivo para dar un tirón de orejas a todos los que se han venido ocupando del turismo en nuestra ciudad. Con un producto como tiene Jerez, es urgente dejar de ser una ciudad por descubrir para pasar a ser uno de los grandes destinos turísticos del país.