Economia

El FMI busca 500.000 millones para respaldar a la zona euro

El Fondo presiona a los países emergentes para que aporten más dinero ante un posible agujero de un billón de dólares si la crisis se agrava

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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El FMI negocia con sus socios un fuerte aumento de sus contribuciones para ayudar a la Eurozona. El organismo monetario, que se reunió el martes por la tarde en Washington, pretende que los países emergentes aprovechen su mejor situación económica y se rasquen el bolsillo para taponar una crisis de la deuda soberana que frena las perspectivas de crecimiento en todo el mundo. El Fondo calcula que necesita 500.000 millones de dólares para hacer frente a hipóteticos grandes rescates como el de Italia o España. Con este dinero, la institución busca reforzar su recursos ante el agujero de un billón que podría dejar la crisis en los próximos años.

El FMI puso en marcha los contactos tras un encuentro en su sede de la capital norteamericana del consejo directivo, el órgano gestor que representa a los 187 países de la entidad. Al término de la reunión, la directora del Fondo, Christine Lagarde, remarcó que varios socios habían insistido en que el «mayor reto» pasa por contener la crisis de la zona euro con «un urgente esfuerzo colectivo». El inicio de las negociaciones llega apenas un mes después de que los 17 miembros de la moneda única acordaran incrementar sus aportaciones al organismo en 150.000 millones de euros.

La inyección financiera de la Eurozona se aprobó para demostrar al mundo que sus socios defenderían hasta el final la Unión Monetaria. Países como China o Brasil habían advertido de que no compremeterían ni un céntimo si Europa no daba el paso primero. Una vez cumplida esta condición, el FMI persigue ahora un acuerdo global que incremente su capacidad financiera en 500.000 millones, incluidas las nuevas contribuciones europeas. Actualmente, el organismo monetario cuenta con 380.000 millones, una cantidad que se considera insuficiente en caso de que grandes países -una misión del FMI sigue al detalle la situación de Italia- reclamen una línea de crédito urgente.

Con sus necesidades financieras definidas, el FMI presiona a China, Brasil, Rusia e India para que apoyen al euro. De momento, solo Moscú se ha comprometido a respaldar a su mayor socio comercial. El organismo monetario también confía en que Japón y las grandes potencias petrolíferas transfieran más dinero a sus arcas. EE UU, metido ya en plena precampaña electoral, está descartado como contribuyente por la importante oposición interna a ayudar a Europa. Aunque las negociaciones podrían verse condicionadas por la desequilibrada representación de los países emergentes en el Fondo, se espera cerrar un acuerdo a finales de febrero en el marco de la reunión del G-20 en México.

A la espera de Londres

El FMI, que estima que un agravamiento de la crisis en los próximos dos años podría provocar entre sus socios unas necesidades financieras de un billón de dólares, aguarda también un cheque de Reino Unido. En su cumbre del pasado diciembre, la UE pretendía acordar una contribución conjunta de todos sus socios, pero Londres subrayó que solo realizaría una aportación dentro del Fondo. Ayer, el primer ministro británico, David Cameron, aseguró que cumplirán siempre que la zona euro «respalde su propia divisa». En principio, los diez socios de fuera del euro aportarán 50.000 millones, la mitad procedentes de Gran Bretaña.

La Eurozona apostó por reforzar el papel del FMI en su crisis ante la dura presión de los mercados en la recta final del año pasado. Paralelamente, sin embargo, también trabaja para fortalecer sus defensas. Los socios analizan si necesitan ampliar la capacidad del fondo de rescate permanente que sustituirá al actual en junio. Dotado con 500.000 millones, este mecanismo es una de las piezas claves de la estrategia para combatir la crisis junto con la reducción del déficit a escala nacional y el nuevo pacto de disciplina fiscal que se espera aprobar en marzo.

En el caso de Grecia, la zona euro pretende que su segundo rescate entre en funcionamiento en los próximos meses. Para ello, Atenas tiene que culminar las negociaciones con sus acreedores privados para aplicar una quita del 50% sobre su deuda. Ambas partes retomaron ayer el diálogo en una atmósfera de optimismo después de que el pasado viernes se tuvieran que suspender por falta de avances.