DIEGO PABLO SIMEONE

Es uno de esos personajes que han dejado huella en el fútbol español. Y si no que se lo pregunten a Julen Guerrero, que todavía se acuerda de cómo le dejó la rótula en una banda de San Mamés.

Diego Pablo Simeone forma parte de la estirpe de esos futbolistas temperamentales, extremadamente implicados con el club que les paga, uno de esos tipos que merecen la pena como pocos en este pan y circo del balón redondo.

Desgraciadamente se hizo famoso por el recordado lance con el centrocampista del Athletic de Bilbao y, sobre todo, por sus declaraciones posteriores: «lo que pasa en el campo queda en el campo». Lo que, paradójicamente, casi nadie recuerda es que pocas semanas después el por entonces central del Barcelona, Fernando Couto, le realizó una entrada similar y el bueno del Cholo volvió a decir exactamente lo mismo.

El fútbol español está de enhorabuena con su regreso al Atlético de Madrid. En una de sus primeras comparecencias periodísticas recordó a su maestro (al mío también), Carlos Salvador Bilardo, en un partido en La Paz cuando le pidió a los futbolistas que celebraran un gol en el córner y poder así tener más tiempo para regresar al centro del campo y coger aire por el tema de la altitud. Ya con eso nos dejó satisfechos a muchos.

Se le presenta un reto complicado porque los colchocheros tienen muchas lagunas en su plantilla. Pero, como decía el narigón Campeón del Mundo, estoy convencido de que no ha venido a llevarse la plata. Si el ambiente le resulta hostil a buen seguro que cogerá la puerta sin pedir nada a cambio como hizo en su día Omar 'Pato' Pastoriza.

La prensa 'mafional' ya ha intentado ponerle contra las cuerdas en la rueda de prensa en la que compartió escenario con Caminero. Y una vez más fue sincero como siempre: «En mi época de futbolista hice amigos con los que me iba a cenar, pero con José Luis solo compartí objetivos. Y ahora será igual».