CÁDIZ

La supresión de plazas de aparcamiento perjudica a vecinos y comerciantes

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Todas las obras, ya sea en una calle o en la propia casa, conllevan una serie de consecuencias, en la mayoría de los casos molestas. No es hasta que se ve el resultado final cuando de verdad se valora si esas incomodidades transitorias -unas más que otras- han merecido la pena.

Vecinos y comerciantes del casco histórico tienen que convivir a diario con las calles levantadas. Ambos colectivos coinciden en una queja: la eliminación masiva de plazas de aparcamiento libre por culpa de las obras. Esto se da especialmente en toda la zona de la Alameda, desde Simón Bolívar a la calle Buenos Aires, a causa de los trabajos de asfaltado y canalización que se llevan a cabo allí.

La presidenta de la Asociación de Vecinos El Carmen del Mentidero asegura que la situación para los vecinos del barrio es «horrible». «Tenemos a diario un chorreo de quejas por los problemas para aparcar, porque aunque el Ayuntamiento diga que hay precios especiales en el 'parking' de Santa Bárbara no es cierto», explica. Y no es el del aparcamiento el único problema para los vecinos del Mentidero. Las obras obligan a los conductores a callejear por un barrio donde no es fácil hacerlo, con calles estrechas y distintos niveles. «En la esquina de San Antonio con Buenos Aires se forman auténticos caos circulatorios porque se desvía hacia allí a los coches que no pueden seguir por la Alameda», dice.

Además, los vecinos del barrio se quejan de las dificultades para coger el autobús después de que las obras hayan obligado a suprimir uno de los dos sentidos del único que pasa por allí, el número 2.

En nombre de los comerciantes del centro de la ciudad, Juan Tovar reconoce que el hecho de «que la circulación no esté libre al 100% es siempre una molestia» para las personas que se quieren acercar hasta el casco antiguo de la ciudad a realizar sus compras, con especial incidencia en época navideña.

De cualquier forma, el presidente de la Asociación Cádiz Centro no cree que los comercios de la zona se estén viendo especialmente perjudicados por las obras, al menos no de manera apreciable.

Tovar considera que hay que aguantar las molestias si se quiere tener una ciudad mejor, «si no seríamos una ciudad muerta. El casco histórico de Cádiz tiene que evolucionar, y eso implica que se hagan obras, lo que a su vez conlleva ciertas incomodidades». «Lo que hay que valorar es que el efecto final sea positivo», concluye.