DE ZORRILLA A LA MAREA

IMPUESTO CANINO

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Esta mañana cuando he salido de casa he pisado una mierda cuando intentaba esquivar otra. El dueño del perro, que andaba algo despistado con su blackberry, se ha excusado «por los problemas estomacales que sufre Boby» y no ha tenido reparos en pedirme el pie para limpiar los excrementos de su can como si fuera el mismísimo Kid Betún. Una situación surrealista digna de cámara oculta. La calle ha quedado asquerosa, sin contar con mi zapato, al que dudo si tirarlo al bidón amarillo o al gris de la basura. La peste, aliñada con la del pis de mis vecinos perrunos, hace insoportable el paso por la calle, ante las quejas de otros propietarios indignados que dicen que la solución está en limpiar más a fondo la vía pública. No estaría de más, desde luego, pero tampoco proponer que paguen un impuesto canino, al igual que otros ciudadanos pagan el de circulación de sus vehículos, el IBI o el de venta la público. Limpiar cuesta un dinero a las arcas municipales y yo no me meo por las esquinas.

Ataque judicial

Los directores de área de la Diputación destituídos con la entrada del PP en la Institución Provincial, aquellos que se diseñaron un estatuto especial a medida para cobrar una pasta y mantenerse en la misma categoría viniese la derecha o la izquierda, por encima del resto del personal, preparan una ofensiva jurídica en el caso de que sus nuevos jefes políticos intenten suprimir sus privilegios. De momento, cobran lo mismo que hace un año cuando gobernaba el PSOE, un sueldazo blindado por unas normas que ellos mismos redactaron.

Homenaje por su jubilación

Recuerdo que conocí a Antonio Ortiz Espinosa cuando era secretario general del Ayuntamiento de Chiclana, con Pepe Mier como de alcalde. Fue un 24 de diciembre por la mañana, cuando el periódico en el que trabajaba me envió a hacer una entrevista al regidor chiclanero sobre el Cementerio Mancomunado, como para olvidarme. El estaba allí y bromeó sobre cómo un día tan señalado podía estar trabajando y sobre todo por el tema en cuestión, nada apropiado para la Nochebuena. Me pareció una persona con un humor curioso, educado al máximo y con una mirada que transmitía tranquilidad y sosiego (me gusta mirar a los ojos). Con el tiempo coincidí con él en el Ayuntamiento de Cádiz, en otra entrevista que iba a realizar a Aurelio Vélez sobre Aguas de Cádiz y en unas trágicas circunstancias que jamás olvidaré. Gajes de la vida y del oficio que hacen vincularte más a personas con las que guardas un especial cariño. Antonio supo seguir al frente de un puesto nada fácil, en el que ha cosechado no sólo compañeros de trabajo sino también amigos para siempre. El miércoles recibió un entrañable homenaje y sus ojos verdes (preciosos, por cierto) transmitían de nuevo esa serenidad de quien sabe que ha hecho un buen trabajo, merecedor de todos los respetos, y con la vista puesta en su familia y en esos nietos que adora. En un año cercano al más iberoamericano que vivirá Cádiz, nada mejor que decirte, que te vaya bonito.

Colapso en los juzgados

Pese al esfuerzo de jueces y fiscales por acelerar los trámites judiciales, lo cierto es que muchos juzgados están colapsados por la cantidad de asuntos que les llega. El otro día leía lo que ocurre en los Juzgados de lo Social, pero el retraso en las causas no es exclusivo de estas dependencias judiciales, ya que también en los Juzgados de Familia ocurre algo parecido ante la avalancha de separaciones, divorcios, custodias y desavenencias conyugales, entre otros asuntos que impiden estar al día en temas que afectan, en muchos casos, a niños inocentes. Me contaban el otro día que pese a que los Juzgados de Familia están poniendo todo el interés posible en dictar rápido las sentencias, el incumplimiento de las mismas, en muchos casos, hace que de nada sirva ese esfuerzo judicial.

Wikilikidersas

No podía faltar esta semana un toquecito al wikiliki 'dersas'. El tema de las contrataciones sigue prácticamente igual y la Bolsa Unica más parada que un caracol en invierno. Los sindicatos, sin mover ficha y cada vez más camas cerradas y más contratos basura. ¡Qué misterio!