El conocido narco El Diarrea cae de nuevo en otra operación policial

Varias comandancias de la Guardia Civil implicadas y al menos dos de los equipos contra el crimen organizado (Greco) de la Policía Nacional fueron activados el pasado jueves para dar caza a un conocido narcotraficante de Sanlúcar y a sus colaboradores. El objetivo principal de la operación, que ya había arrancado días atrás, era Francisco Javier Vargas Gálvez. Muchos no lo conocen por su nombre propio y apellidos, sino por su escatológico apodo: 'El Diarrea'. Este conocido traficante de la zona, hijo de un histórico del negocio (El Cagalera) cayó el miércoles en manos policiales, una vez más. La investigación volvía a poner de relieve que la reinserción se antoja imposible cuando de grandes narcotraficantes se habla.

A falta de la confirmación oficial que ofrezcan los cuerpos policiales, este periódico pudo saber ayer que el Diarrea fue detenido el jueves en su localidad junto a otros 18 individuos. Antes de esa redada, los agentes habían ya apresado a otras diez personas que pasaron a disposición judicial y ya se encuentran en prisión preventiva, según confirmaron fuentes judiciales. La cifra definitiva de implicados ronda la treintena.

Las pesquisas han podido vincular a Francisco Javier Vargas Gálvez con un alijo de más de una tonelada de hachís que habría sido incautado en la localidad de Isla Mayor (Sevilla). Ante la presión policial que se ha ejercido en la desembocadura del Guadalquivir, donde opera el segundo equipo contra el crimen organizado de la Policía Nacional que tiene la provincia y el refuerzo de la vigilancia a través de las cámaras del SIVE, los traficantes habrían optado por alejarse de ese epicentro 'caliente' pero sin abandonar del todo la denominada autopista de la droga (el río Guadalquivir).

Fuentes de la investigación confirmaron a este medio que los cuerpos policiales llevaban meses detrás de El Diarrea, ya que sospechaban que pese a su reciente paso por prisión y que en estos momentos estaba cumpliendo el tercer grado en el CIS de Jerez, no había abandonado el negocio. La ostentación pública de un alto nivel de vida atrajo otra vez las miradas de los agentes que finalmente han conseguido relacionarlo supuestamente con al menos un cargamento.

El Diarrea y los otros implicados que aún no han pasado por el juzgado nº 3 de Sanlúcar, que instruye la causa, se negaron a responder a las preguntas de los agentes y pero ya hoy por la mañana han pasado a disposición judicial.

En 2009 el Supremo confirmó que el clan que lideraba el Diarrea y su padre tenía el estatus de organización criminal, pero no enmendó la pena que les había impuesto la Audiencia: cuatro años y seis meses de prisión.