PAN Y CIRCO

LA CABEZA DEL REY

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Son fechas de enorme agitación las que vive actualmente el fútbol español. El último episodio de rebeldía lo ha encabezado José María del Nido, que no parece que vaya a rendirse en su afán por promover su particular «revolución francesa» en pos de la justicia e igualdad en el reparto de los derechos de televisión.

El presidente del Sevilla ha conseguido que varios de los pesos pesados que componen las directivas de los clubes de Primera le sigan en su intención de cambiar el fútbol español. Pero de todo lo que se ha montado hay muchos cabos que parecen quedar sueltos. Lo que no se entiende bien es que los clubes 'humildes' vayan en contra de algo que ellos mismos han firmado (el acuerdo con las televisiones), y que en la propia reunión han acordado que respetarán. También suena raro que en un primer momento mostrasen su intención de no contar con la opinión de los dos grandes, Madrid y Barcelona, y que ahora sin embargo dejen ver su deseo de emplazarlos para próximos encuentros.

Es evidente que la distribución del pastel televisivo permite que haya ricos y pobres, pero el mundo también está muy mal repartido y eso fue siempre así. Es simple ley de oferta y demanda: Madrid y Barcelona generan más beneficios y por lo tanto es lógico que ganen más dinero que Racing o Levante, que con todos los respetos sus partidos suscitan menos interés.

Lo que se ha filtrado es que en la mesa se llegó a hablar sobre Astiazarán. Su papel al frente de la LFP fue cuestionado y el dirigente sevillista ha querido aprovechar el clima de tensión suscitado tras la huelga de los jugadores para ganar adeptos para su causa particular, que parece que es la de colocar a José María Cruz, exvicepresidente de la Liga y actual consejero económico del Sevilla, al frente de la patronal y, de esta forma, tener a alguien de su cuerda. Con la lucha por la igualdad como pretexto, parece que su revolución persigue cortar la cabeza del rey. Pero de momento el tiro le ha salido por la culata porque nadie quiere enemigos.