
Rubalcaba critica las vacaciones de Rajoy
Propone a empresarios y sindicatos un pacto urgente por el empleo para mejorar la imagen internacional de la economía española El candidato socialista no valorará los «enlatados veraniegos» que el líder del PP envía desde Galicia
MADRID. Actualizado: Guardar«La crisis económica no se va de vacaciones», afirmó ayer Alfredo Pérez Rubalcaba, justo antes de destacar que «el Gobierno y el PSOE tampoco». El candidato socialista, que no ha descansado este verano, ofreció una rueda de prensa para repasar las gestiones que realiza para apoyar al Ejecutivo en su lucha contra los ataques a la deuda y para emplazar a sindicatos y empresarios a cerrar con urgencia un pacto por el empleo, destinado a fortalecer la imagen exterior de España. El exministro se presentó como un candidato a la Moncloa que, junto a su equipo, se reunió para analizar lo que se preveía un lunes negro en los mercados mundiales frente a su oponente en la carrera por la presidencia, Mariano Rajoy, de quien recordó que no ha interrumpido sus vacaciones en Galicia pese a la convulsión europea y que se limita a pedir una adelanto del adelanto electoral innecesario.
Rubalcaba ve dos maneras de enfrentar la difícil situación por la que atraviesa la economía. Desde el «catastrofismo o la pasividad», que sin decirlo cree que es la postura política del PP, o «poniendo propuestas sobre la mesa» para ayudar al Gobierno de España, que es lo que dice que él practica «como candidato y como partido». Criticó, con cierto tono de mofa, que la única intervención pública de Rajoy desde que arrecian en los ataques, que colocaron la prima de riesgo española por encima de la línea roja de los 400 puntos, sea una entrevista grabada por una agencia la semana pasada en Sanxenxo (Pontevedra), su lugar de veraneo, que luego fue «convenientemente troceada» en varias tomas distribuidas entre el viernes pasado y ayer.
Rechazó valorar los comentarios realizados por el presidente popular en «ese congelado que sacan del armario», que según recordó es la razón por la que en las imágenes siempre aparece con el mismo traje y la misma bandera al fondo aunque se emitan en días diferentes. Dijo que solo comentará las palabras de su oponente electoral en el momento en que se reincorpore al trabajo, «cuando las cosas pasen a ser serias y dejen de ser enlatados veraniegos».
El candidato alabó a José Luis Rodríguez Zapatero por retrasar su descanso en Doñana durante varios días para realizar gestiones con los partidos y los líderes políticos europeos, así como por contribuir a una relajación de la presión financiera con su propuesta, aceptada por la Unión Europea, de que cada estado miembro acelere al máximo la aprobación nacional de las medidas contenidas en el segundo plan de rescate a Grecia, acordado el 21 de julio. De hecho, dijo que él, por su parte, ha comenzado a contactar con todos los líderes socialistas del continente para pedirles que contribuyan en sus respectivos parlamentos a acelerar la aprobación de estas medidas.
No a un Ejecutivo con el PP
Rubalcaba destacó que el Ejecutivo «hace su trabajo» al preparar la aprobación el 19 de agosto del decreto con medidas para asegurar el objetivo de reducción del déficit al 6% este año, como la mejora de la recaudación en el Impuesto de Sociedades y la reducción del gasto farmacéutico, que incluye una flexibilización del contrato a tiempo parcial para crear empleo. Espera «el máximo consenso» para ratificar la norma en el Congreso, incluido el voto del PP, porque cree que «quizás la cercanía electoral obligue a alguien a reflexionar». Esta apuesta por el consenso ante la crisis no le lleva, sin embargo, a secundar la propuesta hecha por José Bono, que apostó por un futuro Gobierno de concentración entre PP y PSOE para asegurar la recuperación económica. «Eso son opiniones personales», zanjó.
El número uno socialista se preguntó si se puede hacer algo más que lo hecho por Zapatero y por la UE para relajar a los mercados y su contestación fue que «sí». Ese algo más es su propuesta para que sindicatos y empresarios se reúnan de inmediato y, con la colaboración del Ejecutivo, «revisen» su acuerdo de incremento salarial para 2011 y 2012. El objetivo es pactar una mayor moderación en la subida de sueldos a cambio de que se haga lo propio con la parte de los beneficios que acabará en el bolsillo de directivos y accionistas, para que las empresas reinviertan la parte liberada de sus ganancias y aumenten la competitividad y el empleo.